Estas navidades estuve en el Museo del Calzado en Elda .
Grata sorpresa me llevé cuando vi la gran cantidad de información e historia que aguardaban sus puertas. Por ello, si no os queda muy lejos, os recomiendo acercaros una tarde.
El museo consta de dos plantas: en la primera se encuentra la maquinaria y mobiliario utilizados siglos atrás, mientras que la segunda planta queda reservada a contar y mostrar toda la historia del zapato.
Pensaba, por mi ignorancia, que la primera sala sería aburrida, ya que sin conocimiento alguno de cómo elaborar zapatos no sé distinguir una máquina de medir pieles de una cortadora, por ejemplo.
Sin embargo, una belleza estética hacía que quedases fascinado entre tanta maquinaria.
La mesa de modelaje y despezonado, que se empleaba para dar forma a la punta y al talón.
Subiendo de planta, mi favorita ya que tenía oportunidad de aprender más, fue la de la historia del zapato.
La Época Antigua da los primeros pasos.
Este es por ejemplo el zapato más antiguo de Eurasia, que data de 3500 años a.C. Es una reproducción de un zapato encontrado en una cueva de Armenia.
Volamos en el tiempo a la baja época de Egipto, 528 a.C., en Persia. Este imperio comenzaba a florecer, y estas suelas eran las que sostenían el progreso de esta civilización.
Grecia ocupa el siguiente escenario con estas elevadas plataformas. Los actores griegos eran los que usaban este tipo de calzado en las tragicomedias para elevarse por encima del público. Curioso, ¿verdad?
Roma relata las aventuras de Ulises (siglo XII a.C), rey de Ítaca. Probablemente, en la famosa guerra de Troya, las pisadas tuvieran la marca que hace un par de años estaba tan de moda: las romanas.
Me sorprendió saber que una de las formas de sandalias más extendida en el verano tiene su origen en los soldados centuriones. Roma impuso más de una moda que ha trascendido a lo largo del tiempo. ¿El nombre de esta universaliad? Galaica.
Una curiosidad es este modelo de sandalia con muelle, llamada sandalia con suela articulada. Data del siglo I, en Roma.
Alta Edad Media:
Una ¿cara divertida? es lo que parece esta sandalia árabe. Recibe el nombre de Kap Kap, y su uso se extendía por todo el Mediterráneo. ¿Adivináis su uso? Se utilizaba con los trajes de gala o de ceremonia de los nobles orientales.
¿Recordáis las botas de pelo tan de moda estos últimos años y tan usadas por alguna que otra tribu urbana? Su origen se remonta a la bota bárbara.
Más ornamentaciones empezamos a ver en el siglo VIII, en la época carolingia .
La Edad Media:
Otro salto en el tiempo: siglo XIII. El zapato de trovador, denominado Pico de Pato, es un excentricidad que todavía se puede extrapolar como tal.
Ya va cogiendo forma contemporánea en este mismo siglo el zapato. La polaina es el nombre que recibe este calzado originario de la India y Persia.
Una excentricidad más es la polaina del gótico alemana del siglo XIV.
Y otra curiosidad más es que los zapatos medievales se hacían al revés, siendo una vez cosidos , cuando se les da la vuelta para añadir las correas , hebillas o similares.
Uno de los zapatos que versionaría para la próxima temporada es este sencillo calzado de la nobleza de Francia, en el siglo VIII.
Algunos calzados de la Edad Media.
Fijaos en este inusual calzado de madera, del siglo XV, denominado Trippé. Era utilizado como base de los zapatos de pico, típico de Austria, Francia e Inglaterra.
Un siglo más tarde, en Venecia, nace la moda de los chapines. Las mujeres necesitaban apoyarse en sus parejas para poder andar. ¡El sacrificio estético es algo que permanece pasen los siglos que pasen!
La continuación de este post, ¡Esta tarde!
Puzzle Bobble
Karate Blazers
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Magical Cat Adventure