En 1941 Alemania era imparable en los campos de batalla de Europa, Francia había caído y Gran Bretaña era la única espina clavada en el orgullo de Hitler. Alemania sacaba músculo de sus victorias en Rusia. En ese contexto victorioso, el 13 de octubre de 1941, una representación de la Juventudes Hitlerianas, las Hitlerjugend, llegó a Madrid, en una visita propagandística. Ya había hecho lo propio en Barcelona unos días antes.
Recibidos en la estación por el delgado nacional de Frente de Juventudes, los muchachos alemanes desfilaron por el centro de Madrid portando banderas con esvásticas. Uno de los actos de su visita fue ir al monasterio de El Escorial a presentar sus respetos a la tumba de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange invitados por el régimen. Fue en 1959 cuando fue enterrado a los pies del altar mayor de la entonces recién inaugurada basílica del Valle de los Caídos.
Esta vista podría resultar insólita en un país neutral, pero España no era precisamente muy "neutral". Ya había mandado un contingente de tropas, supuestamente voluntarias, de la División Azul, y lo siguió haciendo hasta que volvieron en octubre de 1943. Además Madrid era un hervidero de agentes alemanes que controlaban hasta la prensa nacional española. Era como una pequeña Berlín.
Los actos principales se celebraron en la Embajada Alemana en el número 8 del paseo de la Castellana, donde el acto más importante fue un concierto dirigido por el alemán Gehrard Maas. Al evento acudieron lo más granado de Madrid: miembros del partido nazi en la capital, personalidades de Falange y representantes diplomáticos del Eje. Se desconoce si los jóvenes nazis pasaron por la iglesia de Friedenskirche, anexa a la embajada y que aún se conserva, aunque está un poco escondida en el número 6 de la misma calle. La embajada fue derruida al finalizar la Segunda Guerra Mundial.
Tres días después realizaron una exhibición deportiva que finalizó con un desfile mientras entonaban la canción de propaganda de la Juventudes Hitlerianas "Nur der Freheit gehört unser Leben" (Solo la libertad es nuestra vida), que en la actualidad se canta en los actos del Partido de la Libertad de Austria.
La visita de las Hitlerjugend a España reforzó los lazos del régimen de Franco con el III Reich y estableció las bases del Frente de Juventudes y las Falanges Juveniles de Franco, organización juvenil a imagen y semejanza de la organización juvenil nazi.
Esta visita a Madrid y Barcelona no fue la única presencia de las Hitlerjugend en España. Ya controlaban las actividades deportivas y campamentos en los Deutsche Schulen de Madrid, Barcelona o San Sebastián. Su trabajo era la formación y el adoctrinamiento de los jóvenes alemanes con el objetivo de perpetuar el III Reich y ser fieles seguidores del Nacionalsocialismo y de su Führer, Adolf Hitler
Para saber más:Nazis en Madrid, de Peter BesasNazis a Barcelona. L’esplendor feixista de postguerra (1939-1945), de Mireia Capdevila y Francesc VilanovaEl PaísABCNational Geographic