Revista Historia
Uno de los sitios más enigmáticos de la España profunda, son las Hurdes, que es un territorio situado entre las provincias de Cáceres y Salamanca.
Muchos de los que han vivido en esta región, aseguran que este territorio es el que más se parece al mismo infierno.
Uno de los que aseguraron tales afirmaciones fue el jesuita Juan Eusebio Nieremeberg, en su obra “Curiosa Philosophiae” (”Curiosa filosofía”):
“Existe en este reino un áspero valle infestado de demonios, un lugar que los pastores creen habitados por salvajes; gente ni vista ni oída, de lengua y usos distintos a los nuestros. Son hombres y mujeres que andan desnudos pensando ser solos en la tierra”.
En 1907, justo el mismo año en que apreció el duende de Ladrillar, el antropólogo francés Maurice Legendre se mudó a las Hundes para escribir su obra: “Etude de geographic humaine” (”Estudio de la geografía humana”), esta investigación provoco que todo el público de aquellos tiempos viera en la miseria y la desolación que vivían los hurdanos. Des de la publicación de dicha obra, muchos investigadores acudieron con el fin de estudiar esos seres desnutridos y abandonados.
En 1921, Georges Borrow, en su libro “La Biblia en España” también dio su opinión de esas tierras:
“No hay tierra como ésta. Tiene sus secretos y sus misterios. Muchos se han perdido en ella y no han vuelto a saberse su paradero. Cuentan que en ciertas lagunas existen horribles monstruos y que en los ásperos valles sólo alumbra el sol a mediodía, reinando las tinieblas el resto de la jornada”.
Un explorador extremeño, Vicente Barrantes, que recorrió todas las Hurdes, dijo a su vuelta:
“En los lugares de acceso a las alquerías cortan el camino los hurdanos. Desnutridos y harapientos, con mirada fija en el suelo, acaban huyendo de modo espantoso, brincando entre los riscos con la agilidad propia de las cabras por mucha que sea su edad. Otros, los más, se retiran asustados a sus inmundos cobertizos, guardando silencio ante la llegada del forastero. Nadie sabe qué edad tiene, ni muchos cuál es su familia. Si así se presentan en los albores del siglo XX ¿Cómo lo harían en 1600?“.
En 1922, el rey Alfonso XIII, quiso el mismo contemplar y vivir en su propia piel la desafortunada desgracia que invadía a los hurdanos. Después de su visita se puso en marcha el Patronato de Las Hurdes, con el fin de modernizar dichos lugares.
Once años después, Bruñel presento un polémico documental, llamado “Las Hurdes, tierra sin pan”, este fue censurado en nuestro país, debido a que salían imágenes muy alarmantes de la triste realidad en que se encontraban los habitantes de dicha zona.
Por suerte ha ido pasando el tiempo y los habitantes de las Hurdes, ya no se encuentran en esa situación.