En 1932, Ramón Acín prometió a Luis Buñuel que si ganaba la lotería le ayudaría a financiar su documental sobre Las Hurdes. Dos meses después cumplió su palabra.
El documental Las Hurdes: Tierra sin pan, rodado hace 80 años, fue prohibido por la Segunda República y en Francia fue estrenada cinco años después y retirada de la cartelera a los pocos días por presiones de la prensa y del Gobierno.
Luis Buñuel había estrenado ya Un perro andaluz y La edad de oro cuando descubrió un ensayo sobre la región extremeña escrito por Maurice Legendre. El texto sobre la situación de la zona le llamó la atención y se le ocurrió que podría rodar un documental, aunque advirtió que la idea sería poco atractiva para cualquier productor. La madre del director había financiado sus dos primeras películas y Buñuel la descartó como nueva mecenas. Durante una comida en Zaragoza con Sánchez Ventura y Ramón Acín, Buñuel comentó su idea de rodar un documental sobre la vida en Las Hurdes, región incomunicada y montañosa donde la vida de sus habitantes se parecían más al Medievo que al París cosmopolita que había habitado el director aragonés. Acín, pintor, periodista y anarquista, comentó que si ganaba el Gordo de la Lotería, le pagaría su película. Acín ganó un buen premio y cumplió su palabra.
Buñuel pasó dos meses conociendo la región y a sus habitantes mientras filmaba su forma de vida en un lugar tan bello como inhóspito, donde la supervivencia era un reto diario. El documental muestra el lado más oscuro de la vida en esos pueblos con escenas duras, algunas, incluso amañadas por el director. La muerte, un tema recurrente en la obra de Buñuel, se muestra con toda su crudeza en una cinta que quería denunciar la falta de atención del Gobierno sobre la región. Buñuel llamó a dos amigos para el rodaje, Pierre Unil y al cámara Elie Lotar, juntos recorrieron la zona en coche y andando con el equipo a cuestas.
La historia de Buñuel escandalizó a los intelectuales y políticos de la época y la República la prohibió al considerar que ofrecía una imagen muy negativa del país. Dos años después la Embajada de España en París ayudaría al director a sonorizar la película que en su primer pasé se mostró muda y con la narración en el cine del propio Buñuel. Cuando estalló la Guerra Civil un amigo del director descubrió la ficha de Luis Buñuel en el archivo de la Guardia Civil, en ella se describía al cineasta como un “depravado, un morfinómano abyecto y, sobre todo, como el autor de Las Hurdes, un película abominable, verdadero crimen de lesa patria”, según cuenta Buñuel en Mi último suspiro, sus memorias editadas en Francia en 1982.
En 1936, cuando comenzó la guerra, un grupo armado de extrema derecha fue a casa de Ramón Acín para buscarle, el pintor consiguió escapar pero atraparon a su esposa. Amenazaron con fusilar a su mujer si Acín no se entregaba. El anarquista regresó al pueblo yfue fusilado el seis de agosto de 1936, su mujer también lo sería poco después. Cuando Buñuel consiguió vender los derechos de explotación del documental en Francia devolvió el dinero a las hijas de Ramón Acín, de 13 y 11 años. Buñuel también cumplió su promesa.
ALFONSO CARDENAL