Revista Insólito

Las idas y venidas con la teoría de la Tierra plana

Publicado el 06 junio 2019 por Tdi @RLIBlog

Las idas y venidas con la teoría de la Tierra plana

En su visión más moderna, el concepto de la Tierra plana asegura que la Tierra no es esférica, sino que todos los océanos y continentes descansan sobre una superficie con forma de disco rodeada de hielo, mientras un Sol y una Luna en miniatura sobrevuelan el cielo. Con los recursos actuales, tal idea se ve anacrónica, antigua, pero ¿realmente se aceptaba antiguamente que la Tierra era plana?

En esta entrada veremos como ninguna idea mantuvo un dominio total, con un tira y afloja entre cuál predominaba. Conforme las pruebas apoyaban la visión de la Tierra esférica, el terraplanismo fue perdiendo apoyos. Aún así, el terraplanismo renació en el siglo XIX. En primer lugar, con la creencia de que era la idea dominante durante la Edad Media. Y en segundo lugar con el nacimiento de grupos que intentaban refutar la esfericidad terrestre.

La Tierra plana en el mundo antiguo

La cosmografía antigua consideraba a la Tierra como una masa de tierra rodeada por un gran río o abismo acuático, que los griegos llamaron Océano (Ὠκεανός) y los egipcios Nun. Los testimonios que se han conservado de filósofos antiguos concuerdan con esta visión, aunque con distintas interpretaciones. Aristóteles en Sobre el cielo (II.13.2) expone que Tales de Mileto (624 a.C.-546 a.C.) decía que la Tierra flotaba sobre el agua como un madero o que Anaxímenes de Mileto (590 a.C.- entre 528 y 525 a.C.) la creía plana y situada sobre aire. Anaximandro (610 a.C.-545 a.C.) creía que la Tierra era un cilindro corto con una superficie superior plana que permanecía estable porque estaba a la misma distancia de todas las cosas. Jenófanes de Colofón (entre el 580 al 570 a.C.- entre el 475 al 466 a.C.) no solo creía que la Tierra era plana, sino que descendía como una columna sin límite. Anaxágoras (500-428 a.C.) también apoyaba la visión de la Tierra plana, pero su pupilo Arquelao consideró que además tenía una depresión central para explicar por qué el Sol no sale y se pone simultáneamente para todos. Las diferencias horarias en el pasado es un tema que ya pudisteis ver en el blog.

Primeros defensores de la Tierra esférica


Como podréis ver, todos ellos se sitúan entre los siglos VI y V antes de nuestra era. No obstante, Pitágoras (569 a.C. - 475 a.C.) y Parménides de Elea (entre el 530 y el 515 a.C. - s. V a.C.) cambiaron la tendencia. Heródoto de Halicarnaso (484 a.C.-425 a.C.) ridiculizaba la idea de un río Océano que rodeara la Tierra ( Historias II.21-23.), aunque también hablaba de límites de la Tierra. El propio Aristóteles (384 a.C. - 322 a.C.) razona por qué debe ser esférica, incluyendo la explicación usando la forma percibida en los eclipses, e incluso estimó su circunferencia en 400 000 estadios ( Sobre el cielo II.14). Considerando a la Tierra esférica, Eratóstenes de Cirene (276 a.C. - 194 a.C.) calculó su circunferencia en 252 000 estadios. Según utilizase un estadio griego (184,8 m) o egipcio (52,4 m), habría tenido un error de entre 6192 kilómetros o 394 metros, respectivamente. La medición de Claudio Ptolomeo (100 d.C. - 168 d.C.) la redujo a 180 000 estadios.

Defensores tardíos de la Tierra plana

La creencia en la Tierra plana no desapareció. Tito Lucrecio Caro (99 a.C. - 55 a.C.), como seguidor de Epicuro (341 a.C. - 270 a.C.), plasmó en Sobre la naturaleza de las cosas que los cuerpos celestes no están muy lejos, no son muy grandes y que vivimos en una superficie plana rodeada por una cúpula en las que se mueven los planetas y estrellas. Lucio Cecilio Firmiano Lactancio (245 d.C. - 325 d.C.) rechazó a los filósofos griegos, incluyendo la visión de la Tierra esférica y ridiculizando la idea de unas antípodas.

El marino griego Cosmas Indicopleustes (?-550 d.C.) y el obispo Severiano de Gabala (380 d.C ~ 408 d.C.) usaron argumentos religiosos contra la Tierra esférica. Cosmas describía a la Tierra como un rectángulo de 400x200 días de viaje, rodeado del mar y muros que sujetan el firmamento. Añadía que tan solo existía la Tierra y el cielo. Severiano argumentaba que el Sol no pasaba por debajo de la Tierra por la noche, sino detrás de un muro en el norte.

Juan Crisóstomo (347 d.C. - 407 d.C.) y Atanasio de Alejandría (296 d.C. - 373 d.C.) expresaron que la Tierra flotaba sobre el agua basándose en la lectura de Génesis 1, 9-10, sin opinar sobre su forma. Teodoro de Mopsuestia (350 d.C. - 428 d.C.) y Diodoro de Tarso (s. IV-392 d.C.) también pudieron haber apoyado la idea de la Tierra plana. Agustín de Hipona (354 d.C.-430 d.C.) rechazaba el concepto de las antípodas.

A pesar de esto, no hubo una oposición total de la iglesia. Algunos autores cristianos como Atenágoras de Atenas (s. II), Metodio de Olimpia (?-311 d.C.) y Arnobio de Sicca (s. IV) abrazaron la idea de una Tierra sin límite en todas las direcciones.

Con la caída del Imperio Romano de Occidente se perdieron muchas obras, pero perduraron las ideas de Aristóteles, Ptolomeo y Plinio el viejo (23 d.C - 79 d.C.) y, a pesar de la creencia popular, la Tierra esférica era el concepto generalmente aceptado. Además, si en la Edad Media creyesen que la Tierra era plana, ¿por qué el globo crucífero era esférico? Lo único que se puede decir en su contra es que la palabra orbe (Isidoro de Sevilla (560-636) muestra las dos caras de la moneda en sus orbis), como también se le llama, significaba "círculo", no "esfera", y que no se ha conservado ninguna representación terrestre como esfera anterior al globo de Behaim en 1492.
Etimologías y Sobre la naturaleza de las cosas. Por una parte, compara a la Tierra con una rueda y no termina de aceptar la existencia de las antípodas, pero también explica que por la noche el Sol orbita la Tierra iluminando el otro lado por la noche. También asegura que la Tierra está en el centro del cielo y este es equidistante en todos sus lados.
Según las quejas de Bonifacio (680-754) al papa, Virgilio de Salzburgo (700-784) apoyaba la existencia de humanos bajo la Tierra, con otro Sol y Luna. Sin embargo, aunque la existencia de las antípodas está ligado a la esfericidad de la Tierra, lo que solía discutirse era la existencia de humanos en esta. El erudito cristiano Hermann von Reichenau (1013-1054) calculó la circunferencia de la Tierra usando el método de Eratóstenes, siendo uno de los primeros cristianos en hacerlo. Tomás de Aquino no solo creía en la Tierra esférica, sino asumía que sus lectores también lo hacían ( Suma teológica II-I). Otros como Pierre d'Ailly (1351-1420), Jean Buridán (1300-1358), Nicolás Oresme (1323-1382), Egidio Romano (1243-1316) y Roger Bacon (1214-1294) también defendieron la esfericidad terrestre. La creencia medieval en la Tierra esférica o plana dependía de la cultura de la persona, dado que la primera solía enseñarse en las universidades y la segunda era más propia de la literatura vernácula. Los viajes portugueses alrededor de África en la segunda mitad del siglo XIV y la circunnavegación de Magallanes en 1521, incluyendo la "pérdida" de un día de viaje, no hicieron más que confirmar la curvatura terrestre norte-sur y este-oeste.

Y aquí todos contentos, todos aceptaron para siempre la noción de la Tierra esférica y no hubo más problemas...

Así que vámonos a otra parte.

India, China y Oriente Medio

Las idas y venidas con la teoría de la Tierra plana

Sería injusto hablar del mundo y no salir de Europa. En la India, los textos Siddhānta, en particular los textos de Aryabhata I (476 d.C.-550 d.C.), asumieron una Tierra esférica, pero, al contrario que en Europa, los Puranas medievales dieron un paso atrás considerando a la Tierra un disco plano rodeado de los océanos.

En China tenían tres modelos cosmogónicos hasta la llegada de los misioneros jesuitas en el siglo XVII:

  • La teoría Kai Tian, en el que los cielos cubrían la Tierra como una sombrilla
  • La teoría Hun Tian, en el que la cubrían como una esfera
  • La teoría Hsüan yeh, en el que los cuerpos celestes flotan libremente.
Fuera cual fuera la teoría, la Tierra era cuadrada. Como la teoría de las esferas celestes, Zhang Heng (78 d.C. - 138 d.C.) presentaba un modelo geocéntrico donde el cielo era como un huevo y la Tierra era la yema. Según él, el cielo tomaba la forma del yang, por lo que era redondo y activo, mientras la Tierra lo hacía del yin, siendo plana e inactiva. Lo curioso es que las voces discordantes, como las de Li Ye (1192-1279), pensaban que lo erróneo era considerarla cuadrada en vez de redonda, no plana. El modelo de la Tierra esférica llegó en 1267 con el astrónomo persa Jamal ad-Din, que introdujo un globo terráqueo a la Janbalic (Pekín) del periodo Yuan, pero no parece que tuviera impacto.

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Sería en 1602 cuando Matteo Ricci, con la ayuda de cartógrafos chinos y el traductor Li Zhizao, publica Kunyu Wanguo Quantu ("Carta geográfica completa de todos los países del mundo") a petición del emperador Wanli.

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En él se mostraba tanto el Viejo como el Nuevo Mundo. Irónicamente, los territorios menos detallados fueron aquellos al sur de la propia China.

Aunque el Corán tiene aleyas que pueden interpretarse refiriéndose a una Tierra plana, o incluso traducidos erróneamente como ovoide, antes del florecimiento de las matemáticas y la astronomía del califato abasí en el siglo IX, lo común era que se creyese en la Tierra esférica. Fakhr al-Din al-Razi (1149-1209) comentó sobre esa posible interpretación coránica de la Tierra plana en Al-Tafsir al-Kabir, donde dijo que, aunque la Tierra sea una esfera enorme, desde nuestra perspectiva parece plana. Argumentó que lo mismo podría decirse de las montañas, que el Corán compara con estacas, aunque pueda tener grandes superficies planas.

No obstante, aún así hay muchos aleyas que solo pueden interpretarse como alusiones a una Tierra plana. Sin mencionar que para rezar mirando en línea recta a la Meca, debería hacerse en una Tierra plana, porque en una Tierra esférica habría de orientarse hacia el suelo para mirar directamente a la Meca, además de que enfrentaríamos y le daríamos la espalda simultáneamente a la Kaaba de colocarse en la posición típica.

¿El terraplanismo se fue para no volver?

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Como decía, se había probado que la Tierra no era plana. Si lo fuera, no podrían explicar las pecularidades de los viajes portugueses y españoles. Así es como funcionan las cosas, ¿no?

Nicolás Copérnico explicó en el prefacio de Sobre los giros de los orbes celestes que la ignorancia de los geocentristas es comparable a la de Lactancio con la geometría terrestre. Aunque no sugirió que hubiera contemporáneos suyos con ideas similares a Lactancio, esto terminó malinterpretándose.

Auguste Comte (1798-1857), padre del positivismo, consideraba que el progreso era una sucesión de pasos sucesivos de la superstición a la ciencia. De esta manera, la religión sería un paso adelante frente a la mera superstición, pero un paso atrás respecto a la ciencia. En 1837, William Whewell, vicecanciller de la Universidad de Cambridge, acuñó el término "guerra" para describir la relación entre la religión y la ciencia. Luego John William Draper en Historia de los confictos entre la religión y la ciencia (1875) y Andrew Dickson White con Historia de la guerra de la ciencia con la teología de la cristiandad (1896) señalaron a Lactancio y Cosmas Indicopleustes como líderes influyentes de la creencia de la Tierra plana. No solo infundieron la idea de que la ciencia y la religión se enzarzaban en un serio conflicto, ignorando cuando se apoyaban mutuamente, sino que sostenía que los líderes religiosos mantenían la teoría de la Tierra plana durante la época medieval. El siempre influyente Washington Irving extendió en Una historia de la vida y viajes de Cristóbal Colón (1828) que los terraplanistas del concilio de Salamanca se opusieron a sus viajes, incluso citando a Lactancio. Esta mentira fue tan popular que incluso llegó a aparecer en libros de historia e influyó a los autores anteriormente mencionados.

Hacia el terraplanismo moderno

Un par de décadas después, el escritor Samuel "Parallax" Rowbotham (1816-1885) creó un panfleto llamado William Carpenter, otro seguidor de Rowbotham, escribió en 1895 que la longitud de los ríos, como la del Nilo, que avanzan durante cientos de kilómetros al mar desdendiendo apenas un palmo no es compatible con la convexidad de la Tierra. También aseguró que los navegantes naufragarían de fiarse de los globos terráqueos. Su amigo John Jasper, esclavista convertido en predicador, solía citar el
Astronomía zetética (1849), seguido por La inconsistencia de la astronomía moderna y su oposición a las escrituras, defendiendo el terraplanismo con los resultados de sus experimentos. Uno de esos experimentos, realizado por primera vez en 1838, era medir la curvatura de la tierra desde el viejo río Bedford. Su seguidor John Hampden apostó en 1870 que el experimento confirmaba que la Tierra era plana, pero Alfred Russell Wallace modificó el método de cálculo de Rowbotham para tener en cuenta la refracción atmosférica, confirmando la esfericidad terrestre. Aunque la replicación confirmó sus resultados, los terraplanistas no se dieron por satisfechos y siguieron repitiéndolo para confirmar sus ideas. Apocalipsis
7:1: "Y después d e estas cosas vi cuatro ángeles que estaban sobre los cuatro ángulos de la tierra, deteniendo los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre la mar, ni sobre ningún árbol".

Los simpatizantes de Rowbotham mantuvieron su fuerza incluso después de su muerte. En 1893, Lady Elizabeth Blount creó la Sociedad Zetética Universal en Inglaterra, con miembros como E. W. Bullinger, Edward Haughton y un arzobispo, y Earth not a Globe Review (1893-1897) y Earth (1901-1903). Afirmaba que la Biblia era la autoridad dominante sobre el mundo natural y que nadie podía considerarse cristiano y creer en la Tierra esférica. Pero, a pesar de sus miembros importantes, el interés fue decreciendo las la Primera Guerra Mundial.

La Sociedad Internacional de Investigación de la Tierra Plana Internacional, más conocida como Sociedad de la Tierra Plana, fue fundada en Dover, Reino Unido, en 1956 por Samuel Shenton (1903-1917), un año antes del lanzamiento del Sputnik. La carrera espacial fue un duro competidor, pero, aunque ganó fama por amenazar con un castigo divino a la humanidad por su confianza en el vuelo espacial y la astronomía moderna, las imágenes de la Tierra convencieron a muchos miembros de su sociedad a abandonarle. A su muerte, la sociedad fue tomada por Charles K. Johnson (1924-2001), que obtuvo lentamente miembros para su sociedad. En consonancia con las tendencias de la época, fue quien añadió el toque conspirativo para ocultar la "verdad". Tras la muerte de Johnson, Daniel Shenton tomó el testigo con una web en el 2004.

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De esta manera llegamos a la situación actual, donde un mensaje puede llegar instantáneamente a todos los extremos del mundo sin que importe su veracidad. Habréis notado que me he preocupado de señalar cuándo vivieron la mayoría de las personas mencionadas o cuándo publicaron sus obras. Lo he hecho para que tengais una referencia de la época de la que se habla. Así, cuando hablamos de la Tierra plana, se defienden argumentos de hace 26 siglos que, a grandes rasgos, se han conservado sin cambios. Puede que en los últimos siglos los terraplanistas planeen experimentos, pero son ridículos, innecesarios o tienen problemas de diseño. Apoyándose o no en argumentos religiosos, es mantener una idea que hace 2600 años pudo ser razonable porque estaban limitados a formular suposiciones basadas en la experiencia, pero que ahora carece de sentido.

La idea de la Tierra esférica ha evolucionado, se ha adaptado. Puede que al principio naciera como una suposición, un razonamiento lógico basado en la experiencia, pero ha sabido usar las herramientas disponibles para acercarse a la realidad. Su esfericidad no solo se demostró con los viajes a larga distancia en barco, sino que ya tenemos incluso imágenes desde el espacio. No son las únicas pruebas, pero son suficientes para que hasta un niño las entienda. En cambio, la única adaptación de los terraplanistas fue pasar de defender su hipótesis según sus pensamientos o escuela filosófica a hacerlo según las escrituras o, actualmente, las teorías de la conspiración.

Fuentes: Stackexchange, Wikipedia, Nabatea, Wikiislam

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