Revista Cultura y Ocio
Vetusta Blues. -“Las imponentes Casas del Cuitu”
Leo en EL COMERCIO que el desenlace para conocer el futuro de las Casas del Cuitu está más próximo. Si no les suenan de nada, les diré que se trata de uno de los edificios más singulares de la ciudad, situado en la calle Uría. Unas casas que ocupan los números 27 y 29, muy próximos a la estación de Renfe y que llaman la atención por sus peculiares frisos y, en especial, por las figuras que ocupan las molduras que actúan como base de las terrazas que no dejan indiferente a ningún visitante. Esa fachada neobarroca, sumamente elegante, dota a la construcción de una personalidad propia y que la hace brillar con luz propia a pesar de su estado de abandono.
Siempre que contemplo estas Casas del Cuitu pienso en ellas como el lugar perfecto para que se instalase un distinguido hotel, del tipo de los que acostumbra a elegir la cadena Petit Palace, caracterizados por su refinamiento y clase. Lamentablemente, su estado interno es quebradizo y lleva desde 2012 vacío, a la espera de una solución para sus problemas estructurales que, parece, son múltiples.
Es la calle Uría la primera ventana a la que se asoman muchos visitantes foráneos de la ciudad -principalmente los que llegan en tren- y resulta fundamental que su imagen sea la de la elegancia que siempre suele asignarse a Oviedo. De ahí que el lograr que el edificio propiedad del Grupo Masaveu -que se hizo con el edificio en 2002- resuelva sus problemas, mantenga su impresionante fachada y pueda, posteriormente, encontrar un uso conveniente (lo del hotel me parece una idea estupenda y supongo que no faltarían candidatos para asentarse en tan emblemático lugar) es uno de esos asuntos que requiere cierta celeridad, visto que va a haber otros en la ciudad que se van a dilatar en el tiempo.
Se trata de recuperar cierta imagen en Oviedo que la aleje de la ruina y de la dejadez. Un lavado de cara, siempre necesario, para resultar mucho más atractivo a los visitantes. No he visto a muchos turistas fotografiándose en las imponentes Casas del Cuitu, quizás por esa sensación de ruina -la invasión de cacas de paloma junto a los dos portales es cada vez mayor y evitable- quizás porque pasa desapercibida al estar deshabitada. Oviedo ha perdido edificios y construcciones (Palacio de Concha Heres, Estación del Vasco...), que con cierta sensibilidad y buen gusto y sin la voracidad especuladora que arrasó en años de locura podrían haber dejado a la ciudad más bella y cautivadora no sólo para los turistas sino para los propios ovetenses.
MANOLO D. ABADPublicado en el diario "El Comercio" el miércoles 26 de julio de 2017.