Vivimos en un mundo cada vez más visual por lo que las infografías se han vuelto parte de nuestra realidad cotidiana. Cada vez más empresas han empezado a utilizarlas para volverlas parte de su estrategia de marketing, volviéndose esenciales en su estrategia de marketing. Una buena infografía es muy fácil de leer y entender por lo que en muchas ocasiones está complementando o incluso sustituyendo las notas de prensa corporativa para llegar al gran público de forma más efectiva. Otras, simplemente informan de datos de interés o conforman entradas de blog, sin que estén relacionadas directamente con la propia empresa. Gracias a las infografías, el potencial cliente puede ir haciendo propia la imagen y los colores corporativos con los que la empresa ha construido su branding e ir asimilándola casi sin darse cuenta. Esta nueva moda está siendo seguida por las compañías más punteras del momento y por las starups más exitosas para conseguir instalarse en el inconsciente colectivo y asegurar la estabilidad de la marca. Por ejemplo, empresas como Packlink hacen uso de este tipo de recursos como parte esencial de su política de comunicación. La comparadora de mensajería suele construir infografías en su blog para ejemplificar informes y dar consejos sobre su sector. Así, podemos ver cuáles son los destinos más populares del mundo, qué enviamos los españoles o cómo envolver un paquete. Todo presentado de forma muy didáctica y donde se sigue la estrategia de diseño gráfico habitual de la marca, predominando el azul y el naranja corporativo y utilizándose su propia fuente tipográfica. De esta forma, no solo se presenta la información de forma mucho más atractiva para el lector sino que a la vez se va construyendo branding o identidad corporativa. Otro de los ejemplos del uso de la infografía como elemento de branding lo podemos ver en la exitosa infografía que presentó Heineken para lavar su imagen cuando se filtraron unas fotos de peleas de perros en Mongolia presuntamente esponsorizadas por la marca de cerveza. Según la cervecera, hicieron una promoción en una discoteca y posteriormente esta fue alquilada para realizar peleas de perros –legales en Mongolia- sin que el dueño quitara los banderines de la marca. Lo que de otra forma podría haber dado pie a una nota de prensa sin apenas repercusión, pasó a ser compartida de forma viral en las redes sociales, consiguiendo igualar a la foto que causó el problema. De paso, mientras que lo sucedido estaba escrito en rojo sobre fondo blanco, la explicación y la solución al mismo que dio Heineken fue desarrollada en verde y blanco, colores corporativos de la marca. De esta forma, los lectores no solo conseguían su explicación sino que la empresa conseguía asociar estos colores a su buen hacer, identificando al verde con la empresa como llevan intentando desde hace años con bastante éxito en diversas campañas publicitarias.
Estos ejemplos muestran que las infografías, ya sea como respuesta a una crisis o como una forma alternativa de exponer los datos, se están convirtiendo en un elemento fundamental en la estrategia de branding de las empresas en el 2.0.