* Ahorras dinero. Esa es la principal ventaja. Si cada día te vistes de una cosa diferente, evidentemente tu armario tendrá que estar más lleno. Unas cosas no pegarán con otras y tienes que multiplicar las prendas para que puedas combinarlas. Como cuando te compras una blusa monísima que no pega con nada de tu armario, y acabas comprándote también una falda, unas botas, etc. para que combinen y tener con qué llevar la blusa.
* Puedes invertir más en piezas que realmente sean tú. Si no gastas dinero en ropa que no te pones, si no cambias de armario cada temporada según cambian las tendencias, puedes permitirte el lujo de gastar más en un abrigo, un bolso o unos zapatos que realmente te vuelvan loca. Cogiendo esa prenda como punto de inicio del look puedes crear estilismos espectaculares.
* Muestras tu personalidad, tu espíritu y tu carácter. Todos los grandes iconos de estilo tienen un estilo definido, por algo será.
* No serás una víctima de la moda que se disfraza con las últimas tendencias. Eso de llevar un diseñador de los pies a la cabeza ya no se lleva.
* Ahorrarás tiempo por las mañanas. No tendrás que estar pensando qué ponerte y comerte el coco de qué ponerte cada día. Ir de tiendas también será más fácil: ir a tiro hecho en las tiendas que mejor encuentras tu línea de moda.
* Te sentirás cómoda, confiada en tu estilo. Así consigues un estilo effortless, porque efectivamente no te ha costado nada conseguirlo.
* Una vez que sabes qué es lo que te sienta bien y lo que va contigo, puedes atreverte a combinar y a ir más allá dentro de tu estilo.
Evidentemente, así nos podemos aburrir de vestir siempre igual, por lo que de vez en cuando nos conviene salirnos de nuestra zona de confort, pero si sabemos qué va con nosotras y qué es lo que mejor nos sienta evitaremos comprar prendas que luego no nos ponemos. ¿Y tú, tienes tu estilo?
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