Entrevista realizada por Pilar Fonseca
La muestra Universo Libre de Yoko Ono, artista conceptual japonesa, ya está abierta al público en el Proyecto AMIL y el MALI. Conversamos con Agustín Pérez Rubio, uno de los curadores de la muestra, para adentrarnos un poco en este universo libre de arte, juego y participación.
Para el trabajo de Yoko Ono, ¿qué tan importante es la participación del otro?
Son los aspectos fundamentales de su trabajo. Yoko Ono es una artista conceptual, ahonda sus raíces y su legado a partir de los años 50 empieza con las instrucciones. Es de esas artistas que pasará a la historia del arte por dos motivos fundamentales. Uno de ellos es el que has comentado, que es el arte participativo, los proyectos comunales, las agendas de los artistas con diferentes colectividades pero, sobretodo, ella antecede a todo lo que llamamos arte interactivo porque la interacción es de los años 70 y 80. Vienen de McLuhan los temas sobre la computarización y todos los lenguajes que tienen que ver con la tecnología, pero Yoko es anterior a todo eso porque su arte, en ese sentido, no es nada tecnológico sino conceptual, es para la cabeza y es del tú al tú. Entonces, son invitaciones a los otros. La obra de Yoko no está completa sino está el otro.
Hay una co-creación.
Sí, efectivamente. Ella invita al otro. Si no se realiza queda la premisa incompleta. Muchas de las instrucciones, como Lumière del 2015, no tienen una instalación, son para leerlas y pensarlas. Aún rechazando la premisa, al pensarla la estás haciendo con ella. El núcleo de la muestra son las instrucciones. Yoko tiene otra clase de trabajo que no son éstas. Tienes esculturas, instalaciones, música. La investigación que hicimos Gunnar Kravan y yo por mas de 2 años, fue diagnosticar qué instalaciones, qué films, qué vídeos, qué esculturas , qué pinturas vienen detrás de una instrucción. Eso es realmente esta muestra, focalizada realmente en las instrucciones. Todas las instrucciones per se son obras en sí, más allá de un video, una obra. Hay muchos de estos films y videos que gente las has visto durante mucho tiempo pero no sabe que tienen relación con obras que ella escribió. En muchas piezas es ella quién lo hace o graba. Son obras de arte en diferentes formatos. Lo interesante es la relación entre la instrucción, el objeto y la posibilidad de transformarlo. Ese es el núcleo de la muestra.
¿Todas las instrucciones salen de Pomelo?
No, hay muchas más. Hay piezas del 2015 y nos acaba de hacer una para esta muestra pero quiere que se reparta. Será una postal para todo el público, nos la envío ayer. Las instrucciones al principio no eran escritas, eran habladas. Yoko se encontraba a alguien y se las decía o, en general, al público. La primera que escribió fue Match (Fósforo). "Enciende un fósforo y observa hasta que se consuma", en el año 55. Las primeras están escritas en japonés. La primera edición de Pomelo es todo en japonés. La versión del 66, cuando lo edita, es con más en inglés y en el 68 lo reedita con un prefacio de John. La primera edición en español se hace en Buenos Aires en 1970 con ediciones de La Flor, que son los editores de Mafalda. Hicieron 5 000 copias y no las vendieron. Era una locura, era un libro con instrucciones Fluxus. Les duró muchos años pero al final las vendieron todas. Todo su trabajo viene a estar fusionado, muchas piezas de otros soportes (música, película, instalaciones) salen de las instrucciones, las cuales son la espina dorsal de su trabajo. Hay muchas obras que no salen de las instrucciones, todas las obras que ves acá y en el MALI tienen que ver con las instrucciones.
Se dice que cada artista es hija de su época, ¿qué relación encuentras entre el activismo de Yoko Ono y su arte?
Creo que Yoko Ono no es una hija de su época sino que la antecede. Es una visionaria. Hay piezas del año 66 como Cut Piece (Pieza para cortar), una mujer que la están atosigando y dejándola desnuda. O en el en 70 Freedom (Libertad), quitándose el sostén y es algo que Yoko ha trabajado con el feminismo en principio de los 60 y ahora estamos con movimientos como el de Me Too y muchas otras cosas. Ahora hablamos del antropoceno, esa idea de cómo el humano ha desgastado los recursos naturales. Yoko viene hablando del agua como Water Event (Evento del agua), del viento o de la naturaleza desde hace siglos y ya no te digo respecto al pacifismo junto con John en los años 60, la revolución de los 60. Qué sería de Estados Unidos y la guerra de Vietnam si no hubieran estado John y Yoko haciendo que todas las universidades colapsaran, que todos los estudiantes hicieran huelga. Es una mujer que realmente tanto con su arte ha devenido, o sea, es visionaria como también con su práctica política. Es una avanzada en la estructura del arte por estos dos motivos: la idea de participación y la otra, porque ella dentro del arte contemporáneo, hay un momento de inflexión con el arte conceptual con Marcel Duchamp y el ready- made: ella va más allá porque no necesita el objeto. Yoko necesita la idea porque al pulverizar el objeto no sólo estás deshaciendo lo material sino lo que deviene de él, que es el mercado del arte. Por eso, Yoko no vende.
Siendo Ono de una familia adinerada y teniendo las regalías de Lennon no necesitaría vender una pieza de arte.
Claro, pero al contrario, es interesante porque ella justamente lo puede hacer. Cuánta gente millonaria y artistas tenemos que venden y quieren más dinero. En este contexto de América Latina, todos los artistas han venido de clase media o clase alta durante muchas épocas. Y quieren vender pero Yoko, no. Puede hacerlo pero quiere que la gente entienda que, para ella, la experiencia con el objeto es única cada vez. No es una serie. Cada instalación tiene un contexto determinado: cambia el nombre, cambian los artistas, cambia la relación con el público. La experiencia es única. Ésta es única y la del MoMA es única, no son series.
La participación siempre va a ser única puesto que uno la está co-creando.
Ella va más allá. Hay que entender que el momento no es solamente del espectador cuando hace la obra, sino es un momento para el realizador también. Ahí engloba también todo el trabajo de montadores, museógrafos, curadores, etc. A partir de ésta idea, te cuento lo que me decía ayer un señor del personal: "¿Lo dejo aquí o allí?", y yo le dije: "Me da igual, como le guste a usted". Esto también es parte. Yoko mete todos dentro, quiere a todo el personal involucrado. Me pasó a mí la primera vez que trabajé con ella. Estaba todo el rato: "¿Yoko quieres esto así o asa?", y ella me respondía: "Depende de ti, tú decide". Nuevamente: "Mira quieres…", y ella me respondía: "Lo que pienses está bien". Ella deja que tú realices como hacedor, con unas mínimas instrucciones, pero tú también lo haces.
Eso es lindo porque entras en el juego y la libertad de poder crear dentro de lo posible.
Sí, es muy inclusivo porque el arte lo es. Tiene mucho que ver con su propio pensamiento. Es una mujer que viene de la etapa de los 60, hippie, "haz el amor y no la guerra", y sigue creyéndolo, es real… Tú entras a una de sus piezas y sales transformado. Hay una idea de transformación en tu ser, no física. Hay una idea que tiene que ver con eso: catártica, emotiva, jovial de diferentes formas. La noción de que el arte transforma, ella lo sigue pensando. Es un pensamiento que viene durante muchos años y un tipo de vida también. Es una mujer que vive en Estados Unidos hace 40 o 50 años y sigue teniendo pasaporte japonés. Ella no es americana y te lo repite: “Soy japonesa”. Sigue viviendo en el mismo edificio y apartamento en el que vivía con John. Cada día que baja ve donde mataron a su marido y dice: "No van a poder conmigo, no me mueven". Entiendes la parte política como un ser empoderado pero, también, toda la relación con el contexto casi transformadora para el otro, así también para ella. No es un artista que habló en los 60 en contra del machismo sino que viene hablando sobre eso y que sigue gastando mucho dinero en causas humanitarias como la ablación del clítoris. Hay toda una coherencia en su posicionamiento activista, su posicionamiento artístico y su vida. Cree en el ser humano. Todas las instrucciones tienen que ver con una concesión de asumirnos, de ser más conscientes de nuestra humanidad desde diferentes puntos. El proyecto de las instrucciones repartidas en autobuses incluye llegar a todos los barrios posibles, inclusive los más precarios.
Hay opiniones que manifiestan que el trabajo de Yoko no es arte.
Es cierto, hay una deficiencia educativa cultural en romper la brecha del arte figurativo al arte abstracto y, de este, al conceptual. Hay mucha gente que no ha llegado y está bien que no les pueda gustar pero, por lo menos, que sean respetuosos. A mí no me gustan los bodegones pero no por eso ando diciendo que son una mierda… Y hay bodegones divinos. Tiene que ver con mucho desconocimiento porque realmente no han entrado a entender, a tener la experiencia. Mucha gente lee y piensa que solo es una frase pero no sabe lo que hay detrás.
Efectivamente, la experiencia.
Yoko viene de Fluxus, donde arte y vida es lo mismo no solamente para ella. Cualquier acción, pensamiento, actitud de nuestra vida cotidiana puede ser transformado y convertido en una obra de arte. Es pensar que todas las personas tenemos la acción para poder transformar las cosas y desde el modo que Duchamp lo hace con el objeto. tú lo haces con la acción. Con Telephone Piece o Escultura Parlante para Perú, arte y vida se cruzan con la llamada de Yoko. Incluir al otro siempre ha sido muy importante para Yoko porque ella se ha sentido excluída por ser mujer, por ser japonesa, por ser la mujer de… su trabajo incluye a todos, no deja afuera a nadie. Cualquier persona puede hacer las instrucciones salvo en las que invita a una colectividad en casos específicos, en esta exposición hemos traído dos: una aquí en Amil y otra en el MALI. Arising (Resurgiendo) que es sólo para las mujeres que han sufrido violencia de género, en la que tú como mujer te has sentido violentada porque te han dicho o hecho algo sólo por ser mujer. Para Water Event (Evento del Agua) ha invitado a artistas colegas, como lo hizo en el año 70 con sus amigos de Fluxus. Es una obra que tiene unos 3 000 artistas ya invitados y entonces, cuando empezamos con esto, sabíamos que serían artistas latinoamericanos con paridad de género intergeneracional. Cada institución, no somos ni los curadores ni Yoko, decide cuantos artistas quieren. Amil dijo ocho: cuatro mujeres y cuatro hombres. Los artistas son: Teresa Burga (Perú), Jerry Martin (Perú), Juan Salas (Perú), Gilda Mantilla (Perú), Teresa Margolles (México), Oscar Santillán (Ecuador), Amalia Pica (Argentina) y Runo Lagomarsino (Argentina-Suecia). Ellos llevan la instrucción y la convierten en una obra. Cada uno entiende desde su propia óptica el contenedor para el agua, el agua conceptual y todo lo que significa. Una pequeña colectiva dentro de la muestra.
Si quieres escuchar el mensaje de Yoko Ono para la exposicón en Lima de Universo Libre en Proyecto AMIL y el MALI clic AQUÍ.