Nunca antes se había invertido tanto en las startups en España como hasta ahora. Según datos de Venture Watch, la inversión en startups en España ha llegado a su record en 2015, alcanzando 600 millones de euros invertidos, un aumento de casi el 83% con respecto al volumen recaudado el año anterior, en el que se alcanzaron los 326 millones de euros.
Con esto, empieza un debate sobre el futuro del sector y la pregunta que todos se hacen es si se podrá crear una burbuja, como fue del sector inmobiliario, o si será una tendencia sostenida.
François-Eric Perquel, CEO del grupo Capacitis, cree que la clave para el futuro de las inversiones será la información. Tiene más de 15 años de experiencia en el sector fin-tech y ha creado una plataforma web, Private Investments Network, que ayuda a potenciar la relación entre las empresas no cotizadas y sus inversores e inversores potenciales, mejorando la comunicación entre ellos y facilitando la obtención del Smart Capital tan deseado. Con motivo de esta nueva creación, responde a las siguientes preguntas:
¿Cómo y por qué la inversión en startups ha llegado a este auge en España?
Hemos tenido en los últimos años la conjunción de varios factores. El principal de los cuales ha sido la política monetaria laxa de la Federal Reserve y más recientemente de Banco Central Europeo tal como lo explicamos en un post reciente en el blog de Private Investments Network. El dinero disponible ha parcialmente acabado en el sector tecnológico inflando las valoraciones y aumentando el interés de los inversores por los altos retornos percibidos a través de la imagen mediática de algunas operaciones destacadas.
Este fenómeno iniciado en los EEUU se está trasladando a Europa en los dos últimos años. Por una parte el interés de los grandes fondos norteamericanos que se han dado cuenta de que podían encontrar proyectos tecnológicos globales en el extranjero y aprovecharse de valoraciones inferiores y de la otra la estructuración de un ecosistema local en todas las regiones tecnológicas europeas en las cuales podemos destacar en España: Barcelona, Madrid y en menor medida Valencia. Todo esto explica la aparición de operaciones de un tamaño nunca visto antes de 2014.
¿Este logro es positivo para la economía Española?
Si miramos a corto plazo es muy positivo. No solamente genera una inyección de capital extranjero en la economía del país, sino que también facilita la internacionalización precoz de proyectos con alto potencial posicionando España en el mapa mundial de la innovación tecnológica. Otro factor positivo es que hace aparecer un tejido inversor y un ecosistema propicio (con reinversión de emprendedores de éxito en otras empresas) al desarrollo de nuevas empresas que estén en el marco de la 3ª revolución industrial en curso.
¿Existe un riesgo en este alto crecimiento?
Cualquier moneda tiene dos caras: mientras los inversores se encuentren confortables invirtiendo en estos sectores y el flujo de dinero siga abundante, este crecimiento puede seguir tal como está. El problema a medio largo plazo es si el ecosistema no anticipa el cambio de ciclo. Es decir, cuando los inversores empiecen a preocuparse más por sus inversiones y que el flujo de dinero sea menos abundante. En ese momento será necesario que las empresas tengan un sistema de información eficaz para que sus inversores, suficientemente rodados, puedan mantener la confianza y evitar situaciones difíciles para ellas (falta de financiación, problemas jurídicos con los inversores, aumento de tensiones en tesorería, etc.).
¿Cómo será el futuro de las inversiones en las startups en España?
Soy muy optimista: España tiene una fuerte capacidad emprendedora, una formación de alto nivel, una economía competitiva y, además, tiene una gran facilidad para atraer talento internacional ya que la calidad de vida en este país es muy buena.
¿Startup y sostenible es un binomio imposible?
No diría que es imposible. Es difícil ya que, como cualquier veterano del capital riesgo sabe, existen ciclos brutales en la inversión en empresas no cotizadas. Dicho de otra manera, son como olas y, cuando éstas se retraen, es muy complicado llegar a la playa. Y para poder llegar en ese momento es mejor tener pie y fuerza para caminar hasta la orilla.
¿Cómo se puede hacer para que las inversiones sean sostenibles en el tiempo?
La sostenibilidad de las inversiones pasa por la sostenibilidad de las empresas y credibilidad de sus emprendedores. Para ello, la calidad de la información a los inversores, a lo largo de la vida de la empresa, es la manera de pisar fuerte la arena y de poder caminar a contracorriente de la ola que se retrae hasta la orilla. "Por eso creamos una herramienta que pudiera centralizar y sistematizar de manera fácil la comunicación y, por lo tanto, fortalecer la relación entre la empresa y los inversores.
¿Crees que con esta herramienta se puede apoyar esa sostenibilidad en este contexto?
Sí, como he dicho, la transparencia con la información es esencial y esto genera confianza con el inversor, lo que hace que la relación se mantenga en el tiempo y las posibilidades de sostenibilidad aumenten considerablemente.
¿Qué papel tiene el inversor en las startups?
Depende de ellos. Algunos se presentan como puros socios financieros cuyo valor añadido es la capacidad de invertir (y eventualmente reinvertir) en los proyectos de manera discriminatoria. Otros están dispuestos a aportar valor no monetario sea a cambio de participación (es el caso de muchas incubadoras y de las inversiones de media for equity entre otros) o únicamente como complemento desinteresado de su inversión. En este último caso se habla de smart capital. Cuando el empresario tiene inversores que aportan este Smart capital, el mayor problema para el empresario es conseguir aprovechar este recurso de la manera más eficiente y para ello necesita una metodología que lo facilite.
¿Este papel va a cambiar en los próximos años?
Creo que es probable que el Smart Capital, si se sabe aprovechar, cobrará más importancia. Al final, el capital humano es un valor que, si se elige bien, muchas veces supera el monetario. Además, no fluctúa tanto y sus efectos no están sometidos a una probable diversificación de los sectores de interés por parte de los inversores con su consecuencia de reducción del flujo de dinero para las startups tecnológicas. Si consigues un Smart Capital, puede que existan factores que van más allá del dinero que hagan que quiera colaborar al máximo para conseguir el éxito de la startup.
¿Dónde quedan los fondos de capital riesgo más clásicos en este escenario?
Probablemente, siendo un entorno en donde la competitividad está creciendo mucho (ahora mismo está más cerca de un lago rojo que de un lago azul), algunos fondos de capital riesgo quieran reinventarse como lo demuestra el estudio que está realizando actualmente Active Ventures Partners para posicionarse mejor en un entorno que evoluciona deprisa con la aparición de una coopetición creciente entre los inversores individuales (business angels y crowdfunders), los financieros del sector (venture capital) y la entrada en el mercado de muchísimos otros actores financieros (corporate ventures, pledge funds, mercados de no cotizados, corporate finance boutiques, etc.).
¿Cómo se adaptarán los inversores?
Nosotros hemos estandarizado la relación entre empresa e inversor, a través de la herramienta Private Investments Network, para ayudar a todos los actores del ecosistema a mejorar la comunicación con sus inversores, la optimización de la gestión de la cartera de no cotizadas para los inversores y la gestión de su Smart Capital. Creemos que este es el camino a seguir para que la inversión en empresas no cotizadas sea un entorno lo más transparente y seguro posible. Sabemos que esto beneficia a todos: inversores, empresas y, por lo tanto, a la sociedad en general.
El próximo 25 de enero se celebra el Smart Money 2016 en el CaixaForum de Madrid, donde una de sus empresas, Private Investments Network, es patrocinadora principal y participará en una mesa redonda que tratará los temas más actuales de la inversión y sobre esa relación que se crea cuando una empresa decide abrir el capital a varios (a veces muchos) inversores.
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