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Las Inviernas, de Cristina Sánchez-Andrade

Publicado el 02 junio 2014 por Rustisymustis @rustismustis
Las Inviernas

Autora: Cristina Sánchez-Andrade
Editorial: Anagrama
ISBN: 9788433997746
Páginas: 247
Sinopsis
Dolores y Saladina, "las Inviernas", regresan a la casa familiar de Tierra de Chá tras haber tenido que huir de ella cuando eran niñas. Su vuelta también es una huida, ya que esconden un secreto que nadie conoce.
Pronto la rutina se adueña de sus vidas, mientras que ellas sueñan con una existencia que nunca podrán conseguir, personificada en la figura de Ava Gardner, que precisamente se encuentra rodando una película en Tossa de Mar. También conoceremos a los demás habitantes de Tierra de Chá, y su relación con las Inviernas, que será, como poco, peculiar.

Reseña de Mustis


Las Inviernas, de Cristina Sánchez-AndradeEn los años 50 las Inviernas, dos hermanas de treinta y pico años, regresan a Tierra de Chá después de haber tenido que marchar siendo niñas. Dolores y Saladina vuelven a la rutina del pueblo, ellas que hasta habían vivido en Londres, porque esconden un gran secreto que ni siquiera entre ellas mismas se atreven a nombrar. Allí, en su pueblo, retoman una rutina basada en cuidar a los animales, coser, cultivar la huerta, llevar las vacas al monte... un día tras otro y todos iguales.
No conocía la existencia de Tierra de Chá hasta que leí este libro; indagando un poquito he descubierto que aún ahora es una zona muy rural, con una economía basada mayoritariamente en la agricultura y la ganadería. Con una forma de escribir maravillosa, se nota que Cristina Sánchez-Andrade conoce perfectamente esta zona y que, o bien ella lo ha vivido, o bien ha hecho un perfecto trabajo de documentación para ofrecernos su visión de esta Galicia rural y profunda, de cómo se vivía (hasta los detalles más escatológicos nos narra), cómo se trabajaba y cómo eran las gentes acostumbradas a esa rutina. Esto lo hace con unas magníficas descripciones y haciendo gala de un humor negro y sarcástico que le va como anillo al dedo a la historia.
Es imposible no cogerles cariño a las Inviernas: a pesar de que vemos que no son precisamente buenas personas, y que incluso entre ellas están siempre haciéndose la vida imposible, inspiran una ternura especial por ese afán de salir de su monotonía, de hacer algo que las saque de ese agujero en el que viven y ya, por fin, conseguir "vivir" con todas las letras, lo que nunca han podido hacer.
Dolores y Saladina llevan toda la vida juntas, pero esta vida ha sido insatisfactoria para ambas. Mantienen una relación amor-odio muy intensa, no pueden estar juntas pero tampoco separadas. Dolores llega a decir que sin Saladina no sería "ella misma". Además, no les ayuda mucho la existencia anodina que llevan: envidian a las estrellas de Hollywood, como a esa Ava Gardner que tan cerca tienen, rodando una película en Tossa de Mar. Hay una frase que dice Saladina y que resume cómo se sienten las dos hermanas: "Todo tiene su razón de ser en las películas, pero no en la vida real, que está llena de estúpidos acontecimientos y estúpidos días que no sirven para nada".

Las Inviernas, de Cristina Sánchez-Andrade

Cristina Sánchez-Andrade

Así se sienten ellas, pero para mí, lo que sucede en esta historia, en Tierra de Chá, no tiene nada que envidiar al argumento de una película: situaciones rocambolescas y surrealistas pero que según están contadas no parecen inverosímiles, y personajes que, no por ser secundarios, están peor dibujados. Es más, creo que todos están tan bien retratados y tienen una historia tan peculiar que cada uno de ellos se merecería un libro propio. Tenemos, por ejemplo, a Tristán, que vive, literalmente, entre sus gallinas y capones; o al tío Rosendo, maestro del pueblo, casado con la viuda de Meis en un matrimonio totalmente atípico, o Tiernoamor, el mecánico dentista que renueva la dentadura a todo el pueblo con piezas dentales que sólo él sabe de dónde saca.
Todas estas pequeñas historias que se van cruzando construyen un libro grande: bien escrito, con un punto agridulce pero bastante humor, y que me dejó con la sensación de haber pasado una temporada en Tierra de Chá aunque antes de leerlo ni siquiera supiera situarla en un mapa.
Esta reseña ha sido publicada anteriormente en Anika entre libros.

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