Una de las joyas cinematográficas del siglo XX fue sin lugar a dudas Liz Taylor. Su belleza y su indiscutible talento en la gran pantalla la llevó a desarrollar una carrera en cine de lo más exitosa con tres Óscars, cinco Globos de Oro y tres BAFTA como reconocimiento.
Una de las grandes pasiones de Liz Taylor fueron las joyas, además de “casarse con todo aquel con quien se acostaba“, después de 8 matrimonios tan variopintos como Ronald Reagan (antes de ser Presidente de los Estados Unidos), Richard Burton (compañero de reparto en Cleopatra) y Larry Fortensky (un obrero de la construcción que conoció durante uno de sus periodos de desintoxicación de alcoholismo).
“Si los diamantes son el mejor amigo de una mujer, entonces Elizabeth Taylor era la mujer con más amigos del mundo”
De su matrimonio con Richard Burton obtuvo además de su gran amor unas joyas de leyenda como no podía ser de otra manera habiendo comenzado su historia de amor interpretando a Cleopatra y Marco Antonio.
Liz Taylor con el Diamante Krupp
El diamante Krupp, de 33.19 quilates y corte Asscher, montado en un anillo que Liz no se quitaba nunca. Lo lucía en su día a día y en cada película que filmaba. El diamante Krupp había pertenecido anteriormente a Vera Krupp, la esposa de uno de los adinerados alemanes más importantes de mitad del siglo XX. Burton pagó 305.000 dólares por él en 1968… y en 2011 se vendió por casi 9.000.000 de dólares. Fue su joya favorita, a pesar de su extensísima colección.
Liz Taylor con el Diamante Taylor-Burton
El diamante Taylor-Burton fue uno de los grandes negocios de Liz. Siendo la pareja más famosa de Hollywood, Burton se lo regaló conocedor de su gran pasión por los diamantes y ella lo vendió tras su divorcio por 5 millones de dólares. Dinero que destinó para construcción un hospital en Botswana. Este espectacular diamante en forma de pera fue extraído en 1966 en una mina de Sudáfrica, con 241 quilates. El joyero Harry Winston se encargó de cortarlo y más tarde los adquirió Cartier en una subasta por 1 millon de dólares y lo engarzó en ese maravilloso collar de brillantes. Fue entonces cuando Burton lo compró para ella.
Pero sin lugar a dudas, una de las joyas más legendarias que Burton regaló a Taylor fue la Perla Peregrina. Una joya que perteneció a la Corona española desde Felipe II y por la que hubo un conocido enfrentamiento con el Duque de Alba en la subasta de 1969.
Subasta de las Joyas de Cleopatra
El próximo 12 de octubre serán subastadas gran parte de las joyas de Liz Taylor incluyendo piezas que fueron utilizadas en el rodaje de la película Cleopatra como la corona en forma de halcón en el año 1963. Esta corona fue una de las joyas clave para la nominación al Óscar al mejor vestuario de aquella temporada.
Corona en forma de halcónen la película de Cleopatra – Liz Taylor
Aunque la colección de joyas de Liz Taylor no acaba aquí. Tiaras, gargantillas, pendientes formaron parte de su legado y sólo por su pertenencia aumentaron su valor económico por cinco en el mercado. Ella era consciente y le sacó partido en varias ocasiones para destinar las cantidades desorbitadas para causas benéficas, lo que le hacía todavía más grande como artista y como persona.
Seguiremos hablando de las joyas de Liz Taylor, cada una de ellas tienen mucha historia que contar.
Las Joyas de Liz Taylor