El iluminador. El más bonito, el más luminoso, el más sedoso, el más delicado, el más intenso; el más todo lo bueno de mi tocador. No sabes lo que es un iluminador bonito, intenso y deslumbrante hasta que pruebas éste (y te preguntan la gente). Contiene 4,8 gramos y ronda los 30 euros dependiendo de donde lo compréis.
Es un iluminador blanquecino-dorado (no es difícil entender porqué lo llamaron Albatros, como los pájaros), muy intenso, pigmentado y luminoso. No tiene ni rastro de purpurina ni shimmer, es una luz tornasolada muy intensa que parece nacer de la propia piel. El polvo es tan fino y pigmentado que se adhiere a la piel como un guante y no queda ni grueso ni denso.
Si buscáis un iluminador muy especial, singular y que favorezca a cualquier tez, este cumplirá con creces todas las espectativas. Da una luz preciosa al rostro, dorada y achampanada, muy intensa. Tiene la fama que se merece, y si estás bronceada el resultado es aún más especial. Es mi favorito de todos los iluminadores que he tenido, aunque pigmenta tanto que hay que dosificarlo bien para que no blanquee demasiado! Toda una joya; el compañero perfecto del Orgasm de NARS.
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