«Berna González Harbour dio vida a la comisaria María Ruiz Pfeiffer en Verano en rojo (2012) la maltrató en Margen de error (2014) y la hundió en Las lágrimas de Claire Jones.»
Cubierta de: ‘Las lágrimas de Claire Jones’
El trabajo bien hecho no siempre tiene su justa recompensa, por lo menos en el principal cuerpo de seguridad del Estado. Que le pregunten si no a la comisaria María Ruiz Pfeiffer que, tras liberar a la niña secuestrada y atrapar a los malos en su anterior caso Margen de error, recibe de premio un castigo. Para quien lleva, como ella, el instinto del rastreador criminal en la sangre, su nuevo destino, Soria, lo es. Una de las provincias con más bajo índice de delincuencia, cuyo último caso de sangre irresuelto data de 1954, cuando una mujer presuntamente envenenó con matarratas a su marido antes de desaparecer para siempre. Fugitiva que de continuar viva, tendría hoy 101 años.
Con esa escueta y empolvada carpeta de casos pendientes mata el tedio de los lunes la comisaria y no las tiene todas consigo, porque desde que la desterraron a Soria invierte los fines de semana en visitar a un ausente Tomás Gutiérrez, el agente informático de la policía Tecnológica que resultó gravemente herido en el caso anterior y ahora yace en coma hospitalizado en Ávila. Un angustioso estado de espera para un paciente sin variación, del que justamente la comisaria se había enamorado y con el que había comenzado una relación. Su mala suerte en cuestiones sentimentales ya parece una seña de identidad.
De esa rutina de agobiante inactividad finalmente la saca su viejo amigo el comisario Carlos, que la convence para que vaya a visitarlo a Santander. Allí, en el maletero de un Rover P5 Coupé, un coche británico de los años 60 abandonado en la zona restringida del puerto, aparece el cadáver de una joven y menuda muchacha sin señales evidentes de violencia que lleva más de tres meses descomponiéndose en ese improvisado sarcófago. Y en el asiento del copiloto descansa un ejemplar de The Times del 15 de octubre de 1998 al que le falta una noticia que ha sido recortada.
Es todo lo que necesita María Ruiz para meterse de cabeza en el intrincado caso de su amigo del que no tiene jurisdicción, mientras el cansino subdelegado de Gobierno de Soria, Rodrigo Tesón, con el ímpetu de su malhadado apellido, la corteja infructuosamente. Y por si fuera poco, no contento con su destierro a Soria, el recién nombrado jefe superior de la Policía, a quien sus subalternos llaman Jota Ese (en honor del alcohólico villano de Dallas Jota Ere), intenta hundir la carrera de la comisaria y sacarla de juego definitivamente, filtrando a los medios un comprometido expediente de su pasado como psicóloga del cuerpo; quizá porque María sabe demasiado del turbio currículum profesional de su superior.
Y a todo esto el caso al que se enfrenta la comisaria se las trae, porque la científica descubre en el cuerpo de esa frágil muchacha rubia del maletero, a quien una suerte de madame del turbio garito donde se la vio con vida por última vez apodaba “Pajarito”, el rastro de semen de tres hombres y no será el único cadáver que revele la investigación. Una intrincada trama que se extiende al otro lado del canal de la Mancha y hunde sus raíces en el pasado hasta los tiempos de posguerra, cuando Mary Jones, la abuela de la muchacha asesinada, dirigía el Friends Service Comittee, una organización cuáquera de ayuda a los refugiados republicanos.
Y el caso es delicado no sólo porque una de las piezas de la investigación remite a la burundanga o escopolamina, la droga de las violaciones bajo “sumisión química” de escalofriante actualidad, sino porque puede que la trama implique incluso a mandos corruptos del mismo cuerpo de policía al que pertenece la comisaria. Para resolverlo María Ruiz necesitará la ayuda de los suyos: el parco agente Esteban y el fiel novato Martín, que sigue llamándola “Jefa” aunque ya no esté a sus órdenes, e incluso el periodista de sucesos Luna que, al igual que la comisaria, no pasa por su mejor momento profesional y ahora se encarga de reportajes de viajes para El Diario.
Pero no sólo eso, porque además de enfrentarse a sus errores del pasado la comisaria deberá comprometerse a fondo con la investigación para llevarla a buen puerto y superar sus miedos más profundos.
Con esos mimbres trama Berna González Harbour la esperada nueva entrega de la comisaria de la Policía Nacional María Ruiz Pfeiffer, su tercer caso tras las celebradas novelas Verano en rojo (2012) y Margen de error (2014). Una obra magistral de ritmo sostenido y ágiles diálogos que revela muchos secretos de un personaje que ya nos ha conquistado, pese a su celo profesional, ya que se trata de una policía poco amiga de mezclar el trabajo con su vida privada. Y a la vez, Las lágrimas de Claire Jones es la excepcional confirmación de Berna González Harbour como una de las voces más solventes, sólidas y logradas de la nueva novela negra española. El ingreso sin ambages de la autora santanderina al distinguido club de las grandes damas del crimen y el de su creación, la comisaria María Ruiz, al parnaso de papel de legendarias investigadoras como la inspectora de homicidios de la Policía Foral Amia Salazar, de Dolores Redondo, o la inspectora Petra Delicado, de Alicia Giménez-Bartlett.
Lee y disfruta de un fragmento de la novela.
Berna González Harbour
La autora:
Berna González Harbour nació en Santander en 1965. Es periodista, trabaja en la sección de opinión de El País, donde anteriormente ha sido editora de Babelia, y subdirectora del diario El País y colaboradora de la Cadena SER. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, ha estado vinculada desde sus inicios a la cobertura de noticias de Internacional. Ha sido corresponsal en Moscú, enviada especial en una veintena de países en conflicto y redactora jefa de esta sección. La información sobre el mundo, la política, los cambios sociales y el impulso de las mujeres son algunos de los temas que más le apasionan. También está muy implicada en los cambios que vive el periodismo con la revolución digital. Amante de los libros y la novela negra, en 2012 debutó en el género con Verano en rojo, donde presentó a su comisaria María Ruiz, y con el que obtuvo un buen reconocimiento por parte de la crítica y los lectores. Margen de error fue la segunda novela de esta saga en la que mantiene el pulso del suspense y en la que el thriller se mezcla con la actualidad política y social y las nuevas tecnologías.
El libro:
Las lágrimas de Claire Jones ha sido publicado por Ediciones Destino en su Colección Áncora & Delfin, 1402. Encuadernado en rústica con solapas, tiene 350 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento pongo un vídeo en el que Berna González Harbour nos explica de qué va su novela.
Para saber más:
Berna González Harbour en Wikipedia.