Esta es una novela que habla de las vidas de los nietos de Carlomagno, los gemelos Nithard y Hartnid, pero a la manera Quignard. Es decir, que no es una novela histórica al uso. A Quignard le interesa la mezcla cultural que tuvo lugar en el nacimiento de Europa, con su ya habitual obsesión por el origen de los idiomas y su personalísima manera de expresarse.
El primer párrafo es un canto a los animales en tanto que seres vivos, amigos, hermanos. Facilita el ensueño a lo que podría haber sido una sociedad antiespecista y civilizada. No lo fue, en absoluto.
Cuando me enteré de la publicación de “Las lágrimas”, ya lo quería. No sabía de qué trataba pero lo quería; incluso mientras leía, el hilo conductor estaba en un segundo plano: lo que me interesa de Quignard es que hace magia con el uso del lenguaje, que va más allá de un lirismo muy cuidado.
p. 23
EL ORIGEN DEL SOMME
El primer color que se forma en la retina de todos los hombres, en el ojo del recién nacido, es el azul.
Ese color es azul como el mar que antecede a la tierra.
Azul como el mismo cielo, que los antecede a ambos.
Durante un largo tiempo el Somme no era más que un arroyito tan pequeño como el arroyo que brotaba de las fuentes revitalizantes de Saint Marcoul.
Sar era la chamana que tenía en su poder la bahía que abría el Somme en el mar del Norte. Y sus ojos de vidente eran tan azules como lo son los ojos de los niños recién nacidos. Una noche, en el fondo de sí misma, oyó a lo lejos a los islandeses, que llegaban en su barco. Entre los francos, sólo las mujeres tenían en don de la doble visión, porque sólo las mujeres, según decían, son en el origen tanto hombres como mujeres, es decir, tanto niños como viejos, es decir, tanto fantasías como fantasmas.
Dicen en la ficha de este libro, en la web de la Editorial Sexto Piso, que “Las lágrimas” es el mejor libro de Pascal Quignard. Yo creo que el mejor libro de Quignard siempre es el primero que cae entre tus manos, porque es el que te inicia a él y te abre las puertas hacia su mundo.
p.43 Los abetos son los árboles favoritos de las nubes.
El espanto, la palabra en la punta de la lengua, el sexo, las religiones, en “Las lágrimas” están de alguna manera todas o casi todas las obsesiones del autor francés. Entremezcladas con el pasado, las batallas, la vida medieval.
p.120 (…) había constatado que los humanos que no amaban a los gatos sentían todos, sin excepción, aversión por la libertad.
“Las lágrimas” es un viaje a nuestro origen, a fin de interpretarlo desde el interior de las palabras. Todo lo demás, dados los orígenes de Quignard, sólo es música, o acaso silencio.