Revista Coaching
Si comprendieramos que somos seres espirituales con una misión y que hemos venido a aprender y a evolucionar nos tomaríamos la vida de otra forma. Sin embargo si nuestra visión es meramente material, por muy religiosos que seamos, no entenderemos nada y echaremos la culpa a Dios de todo lo que nos pasa. La visión espiritual de nuestra vida nos lleva a comprender que somos parte activa en todo lo que nos sucede y no meros receptores de bienes o males. Pero para ello es imprescindible que nos conozcamos a nosotros mismos en primer lugar y una vez que nos hayamos encontrado nos pongamos en contacto con la Trascendencia, en donde habitan todas las respuestas.