Revista Cultura y Ocio

Las lenguas eslavas

Publicado el 09 marzo 2010 por Anveger

El siguiente capítulo de lingüística trata sobre las lenguas eslavas, que son un grupo de lenguas provenientes del indoeuropeo. Tiene apróximadamente 300 millones de hablantes repartidos por Europa del este y algunas zonas de Asia.

Podemos clasificarlas en cuatro grandes grupos:

El grupo oriental, que abarca lenguas como el ruso, el bielorruso, el ucraniano y el rusino, que a veces es considerado un dialecto del ucraniano.

El grupo occidental, donde se encuentran el eslovaco, el checo, el polaco, además de otras lenguas menores como el casubio o el idioma sórabo.

El grupo meridional occidental, compuesto por idiomas como el esloveno, el serbio, el croata, el bosnio y el montenegrino.

Por último, tenemos al grupo meridional oriental, que comprende al macedonio y al búlgaro.

Hay que aclarar que a su vez estas lenguas, en su mayoría, tienen el mismo problema que el alemán, y es que están divididas en múltiples dialectos.

La distribución de los alfabetos latino y cirílico debe su organización en parte a la religión. Las lenguas eslavas habladas en el grupo occidental utilizan el alfabeto latino, debido a la influencia de la Iglesia Católica. Por otro lado, en las zonas más orientales se utiliza el alfabeto cirílico, ya que allí es mayoría la Iglesia Ortodoxa y, por lo tanto, la influencia del griego es mayor.

Todas las lenguas eslavas tienen su origen en el proto-eslavo. Éste comenzó a fragmentarse en dialectos la segunda mitad del primer milenio. Se cree que la mayoría de dialectos eslavos del este convergieron en el nacimiento del ruso antiguo, que pervivió hasta el siglo XII. Los eslavos del sur emigraron a los Balcanes, extendiendo así las lenguas eslavas a esta zona.

Las lenguas eslavas han influido notoriamente en lenguas como el rumano, el húngaro o el albanés, y a su vez, ha recibido influencias del latín y del alemán. En español la cantidad de palabras eslavas que podemos encontrar es ínfima, así tenemos robot, que proviene del checo, al igual que pistola. Del ruso tenemos vodka, que en ruso es un diminitivo para la palabra agua, algo así como agüita.

En conclusión, las lenguas eslavas forman un conglomerado de lenguas dividas en un gran número de dialectos. Su importancia se impulsó con el nacimiento de la Unión Soviética como superpotencia. Tras su colapso, los países eslavos volvieron a dividirse y con ellos, sus lenguas.



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