Revista Insólito

Las leyendas de Guardo

Publicado el 16 julio 2020 por Monpalentina @FFroi

Guardo conserva alguna de sus leyendas centenarias, cuyos orígenes se pierden en los tiempos. La más interesante quizá sea la menos conocida, la que explica el origen del Señorío de Guardo con el matrimonio de la hija del conde castellano Fernán González, padre de Castilla, y de la cual nos hemos ocupado en la primera parte de este libro. Otra leyenda interesante es la que habla del origen de la ermita del Santo Cristo del Amparo, también recogida aquí en el capítulo correspondiente. 


GUARDO, SUS GENTES Y SU HISTORIA | Agosto de 2003 
Las leyendas de Guardo
Por otra parte, se ha hablado mucho de las brujas de Guardo. Nunca se ha dado una leyenda ni historia sobre estos seres malignos y ficticios por estos lares. El famoso suceso y crimen de la Bruja no tiene nada que ver ni con brujas ni con leyendas, fue un horroroso crimen, un hecho real que ensució el buen nombre de Guardo a finales del siglo XIX.
Hay unas interesantes leyendas, transmitidas por tradición oral en el pueblo de Muñeca y que están ubicadas en los Campos de la Peña. La primera de estas leyendas, Las doncellas del Hoyal, nos habla del origen de un paraje, de una depresión del terreno montañoso situado entre Muñeca y Guardo en Plenos Campos de la Peña. En ese lugar hay un paraje denominado Fuentilloso, donde dicen que por la noche se oyen quejidos o lloros extraños, posiblemente producidos por alguna fuente o manantial oculto. Por allí antiguamente pasaban los trajineros de La Valdavia, camino de Cantabria. Cuenta la leyenda que una primavera, que se repite cada cien años, pasó por allí un grupo de chicas. De pronto oyeron una música dulce que salía de una cueva y que solamente las doncellas podían oír. Esas melodías misteriosas eran producidas por un instrumento y unas voces desconocidas. Eran los duendes de aquellos parajes encantados. La rara música atrajo de tal manera a las mozas, que entraron en la cueva y quedaron encantadas. Se convirtieron en suspiros y quejidos, que vagaron por aquellos parajes dando la sensación de salir de las entrañas de la tierra. Sólo puede romperse ese encantamiento la noche de San Juan, cuando los relojes dan las doce campanadas. Entonces, salen de la cueva recóndita las doncellas a cortar flores por las cercanías. Mientras duran los sones de las doce horas de la medianoche, las jóvenes encantadas recobran la forma humana y se las puede ver a la luz de la luna. Después vuelven, convertidas otra vez en suspiros, a las profundidades.
La leyenda no acaba aquí, pues añade que, cuando murió la Encantadora, el misterioso ser que transformó en llantos o quejidos a las doncellas, la gruta se hundió, dejando en su lugar una gran hendidura, una depresión que hoy todos conocen como el Hoyal. Tanto se derrumbaron los suelos que aún quedan al aire sus destrozadas maravillas, rodeadas de misterio, que ofrecen un paisaje puro y salvaje en los Campos de la Peña.
La otra leyenda se refiere a la fuente de la Salud en el valle de Valdecastro. Esta nos habla de una tradición antiquísima en Guardo, heredada de los milenarios . La mágica noche de San Juan, la más corta del año, quien encuentra en los entornos de dicha fuente la flor del helecho y al amanecer se frota la cara con las gotas del rocío consigue el elixir de la eterna juventud. En torno a la fuente de la Salud hacen una hoguera, bailan en su entorno y después buscan la maravillosa flor del helecho y finalmente duermen al sereno. En cuanto sale el sol, se recogerán gotas del rocío y con él se darán masajes en sus rostros. Terminan todos reuniéndose en la campera de Campocantil para tomar chocolate caliente y contar sus miedos y alegrías de esa noche misteriosa. En torno a la fuente de la Salud cada familia recoge un ramo de verbenas para colocarlas en la casa, pues según la tradición trae buena suerte. Hay un dicho en Guardo en torno a esto:
El que coja la verbena en la noche de San Juan, no le picará la mosca ni bicho que te haga mal.
Cuenta la leyenda que hace muchos años, hubo una mujer que juró haber encontrado la flor del helecho y que, al salir el día se frotó el rostro con gotas de rocío. Al regresar todos a Guardo, se encontraron con la gran sorpresa de que aquella mujer se había convertido en una joven maravillosa, simpática y serena. Nadie recordaba haberla visto antes, ni ella recordaba quién era ni de donde venía. Todavía algún guardense sube hasta la fuente de la Salud el día de San Juan, aunque ya no por la noche, como cuenta la tradición, bebe agua en el manantial y regresa a casa con un ramo de verbenas, considerada una mata sagrada y que usaban los sacerdotes antiguamente en los sacrificios (52).
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(52) Loma Luis, Aniceto: Leyendas de la Peña, en la revista El Roble, número 6 y 7, Guardo, 1975 y 1976, pgs 11 y 18. Espadas Lilian: Cuando las brujas bailaban en Cansoles, en la revista El Roble, número 8, Guardo, verano de 1976, pg 18.


leyendas Guardo Cuaderno de Jaime García Reyero en CURIOSÓN

Guardo, sus gentes y su historia
Jaime García Reyero
Editorial Aruz
@2003

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