En el aspecto laboral las Leyes de las Indias salieron al paso de los atropellos o de los abusos, tan pronto como se denunciaron; otra cosa es el grado de acatamiento que tuvieron, o la fidelidad en su interpretación. Para las circunstancias y características que se daban en el Nuevo Mundo se instituyeron la Encomienda Indiana y la Mita.
La Encomienda indiana fue, segun Carlos Prieto, una adaptación de la Encomienda europea medieval. Era una dependencia recíproca -pero no igual- entre dos personas libres, una de las cuales, la poderosa, protegía a la más débil a cambio de un servicio leal. Esta fue la relación que existió entre grupos de indios y colonos o encomenderos en cuanto a la utilización de la mano de obra indígena, relación que siempre dejaba a salvo la libertad jurídica y la suprema soberanía de la Corona.
La Mita era un servicio obligatorio, equivalente al servicio militar, para realizar trabajos que se juzgaban indispensables o urgentes para la Corona o la Comunidad, como el ocasional pastoreo o, de forma más regular, el trabajo en la mina. Los mitayos se reclutaban por sorteo en los poblados de indios y el reclutamiento afectaba a una parte de la población útil (1/7 en Perú, 1/4 en Nueva España), que se relevaba cada diez meses.
Si alguien quisiera juzgar estos hechos desde nuestro tiempo, tendría que hacer un difícil esfuerzo para situarse, en cuerpo y alma, en los primeros años del Descubrimiento. Sin ese esfuerzo, el juicio no sería justo, como no lo ha sido en tantos otros aspectos. Don Modesto Bargalló, quien profundizó como ningún otro en el análisis del Descubrimiento, desde la perspectiva mdetalúrgica supo situarse, desde su exilio en México, frente al hecho inverosímil del Descubrimiento y escribió lo siguiente, que me gusta recordar cuando me ocupo en estos temas:
"Por muy lejos que estemos de todo espíritu de conquista y nos duelan sufrimientos morales y físicos de todo país conquistado, ha de convenirse en que los descubridores y conquistadores de Indias no mostraron solo ambiciones de tierras y riquezas. Contra la enfermedad y el hambre, y en las luchas con los aborígenes y entre ellos mismos, ofrecieron valentía, audacia, altivez, atracción por lo incógnito; y, con ello, dieron cara al dolor y al infortunio. Y, a no pocos, les estimuló el anhelo de ganar un sitial glorioso en la historia. ¿Pudieron pensar de otro modo el mozalbete Cieza de León al anotar amorosamente en su diario (su futura Crónica del Perú) desde Cartagena de Indias a Potosí, sus impresiones sobre paisajes y pueblos; y Bernal Diaz del Castillo al escribir, ya maduro, sus recuerdos de la conquista, creando la maravilla de su Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España".
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Imagen: Maquinaria de la mina de oro de La Nava de Jadraque, foto de Modesto Bargalló (Archivo La Alcarria Obrera)
Felipe Calvo, humanista palentino.
Ensayos y escritos en "Curiosón".