Me temo que este post me va a salir desde lo más profundo de las entrañas... En la campaña iniciada por los miembros de la U.T.E. (cercana al fin de obra, por cierto) formada por PP e Independientes contra Paco Pardo, portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Almansa, llama especialmente la atención la sistemática repetición de una consigna: Paco es una mala persona (pero su familia muy buena, suele añadir, como disculpándose, alguno de los insultadores). Bien, es evidente que la frase, repetida hasta la saciedad en cuanto se les pone un micrófono delante, es una apreciación subjetiva que, cuando se oye procedente de determinadas voces, resulta, al menos, sorprendente y mueve a la risa. Porque Almansa es grande y pequeña a la vez y, queramos o no, de una u otra forma, todos nos conocemos y estamos expuestos a la mirada pública, sobre todo los que ejercemos determinadas representaciones. Y claro, inmediatamente surgen las comparaciones. Sería muy interesante tener la capacidad para escudriñar, con el debido respeto, el pensamiento de nuestros vecinos oyentes, televidentes o lectores cuando escuchan, ven o leen declaraciones de este calibre en boca de algunos de los metódicos insultadores del gobierno municipal. “¿Y tú, siendo quien eres y como eres, eres capaz de decir eso?”, debe pensar la mayoría. Por eso, aunque este insulto-consigna sea tan chabacano y sólo persiga burdamente deteriorar la imagen de Paco, procedamos a un pequeño análisis.
¿Quién será peor persona, el que puede exhibir una trayectoria profesional constante, transparente e inmaculada en sus relaciones con la administración o aquél que abre y cierra empresas dejando a sus espaldas un rastro de subcontratados damnificados, un opaco velo tapando sus actividades económicas y la mirada de la administración puesta sobre cada uno de sus movimientos? ¿Quién será peor persona, el que ejerce su responsabilidad en un gobierno sin obtener beneficio económico o aquél que se asigna un buen sueldo, maquilla sus actividades empresariales privadas para no incurrir en incompatibilidades y, por si fuera poco, aprovecha su presencia en el gobierno municipal para contratar con el Ayuntamiento? ¿Quién será peor persona, el que trabaja intentando influir para abrir las puertas de otras administraciones y traer inversiones a su ciudad o aquél que gratuita y mezquinamente, sabiendo que es mentira, acusa al rival político de evitar la instalación de empresas (o centrales termosolares pongamos por caso) en Almansa? ¿Quién será peor persona, el que empieza y termina su horizonte político en el servicio a los almanseños o el que, obligado a pasar por el trámite de ser concejal, nos utiliza como trampolín para más altos vuelos? ¿Quién será peor persona, el que critica manteniendo el respeto o el que al abrir la boca entra directamente en el campo de la injuria y el delito verbal? ¿Quién será peor persona, el que en su partido opina y discute, pero también colabora y respeta las decisiones de la mayoría para alcanzar el objetivo común o el que sin escrúpulos impone su interés y su promoción por encima de las decisiones de sus compañeros provocando la ruptura dentro de los suyos? Cada cual que ponga los nombres y apellidos que estime oportuno.
Lo decía al principio, me iba a salir de las entrañas. Porque Paco es mi amigo, y el de otros muchos hombres y mujeres que vemos en él a una buena y gran persona. Porque los insultadores están llenos de rencor, de prepotencia y engreimiento. Porque esto no es lo que yo entiendo por hacer política. Porque los ciudadanos no se merecen estos lamentables espectáculos…