El artículo Las manos frías pueden ser síntoma de enfermedad aparece en consejos
El síndrome o enfermedad de Raynaud es un trastorno poco frecuente que afecta a vasos sanguíneos, generalmente de los dedos de las manos y los pies, haciéndolos muy sensibles a las bajadas de temperatura. En las personas que padecen este síndrome se produce como consecuencia de la disminución de la temperatura un estrechamiento de las venas rápido e intenso, con la consiguiente disminución del riego de sangre a las extremidades y la sensación de frío intenso en las manos, pies y, en algunas ocasiones, otras zonas del cuerpo como la nariz.
El síndrome de Raynaud afecta a más mujeres que hombres, y puede aparecer incluso en edad temprana. Respecto a los síntomás, además del descenso de la temperatura en las zonas afectadas puede haber cambios de coloración por la reducción de la llegada de sangre, tomando la piel primero un tono pálido, después azul y finalmente rojo cuando se recupera el flujo sanguíneo. Durante el período blanco y azul aparecen sensaciones de frío y entumecimiento y, posteriormente, la recuperación de la sensibilidad da sensaciones de hormigueo y palpitación y puede llegar a producir dolor intenso.
Normalmente no se conoce la causa del síndrome de Raynaud, pero las personas que viven en climas más fríos tienen mayor tendencia a desarrollar este cuadro que las personas de zonas más cálidas.
El tratamiento del síndrome de Reynaud puede incluir sustancias, naturales o de síntesis, que mantengan los vasos sanguíneos dilatados, y una serie de medidas de prevención que reduzcan la frecuencia de las “crisis”. Se han de evitar las bajadas bruscas de la temperatura y llevar ropa de abrigo adecuada cuando se prevea que pueden producirse, así como el hábito de fumar, que agrava la falta de circulación en los capilares. El estrés contrae los vasos sanguíneos por lo que, si no se puede evitar su causa, al menos podemos tratarlos con nutrientres que ayuden a mantener el sistema nervioso, como los complejos de vitamina B, el Magnesio o la L-Teanina.
La presión arterial baja puede ser un factor indicativo de este síndrome cuando está acompañada de los síntomas anteriormente descritos, por lo que se ha de controlar periódicamente. Practicar actividad física moderada de forma regular es un buen hábito para controlar la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea.
En cuanto a los suplementos que pueden ayudar a tratar la enfermedad y a reducir la intensidad de los síntomas destaca el extracto de hojas de Ginkgo biloba, por su capacidad para estimular el riego sanguíneo periférico. El aceite de pescado y el ajo también tienen efectos muy positivos sobre la circulación, al igual que las especias que “calientan”, como el jengibre, la pimienta y la canela.
La vitamina C y los bioflavonoides tienen un efecto protector de la estructura de los vasos sanguíneos y los protegen de las consecuencias que puede tener la falta de oxígeno y nutrientes en la zona.