Revista Sociedad

Las manzanas

Publicado el 05 diciembre 2014 por Abel Ros

Entre los políticos hay quienes ofrecen "manzanas de segunda" como si fueran "pata negra"


Las manzanas
unque sean disciplinas distintas, la Ciencia Política y la Economía guardan grandes similitudes. Ambas ramas del conocimiento pertenecen a las ciencias sociales; utilizan la estadística como herramienta de apoyo y, usan la "tarta" - en sentido metafórico - para explicar los fenómenos políticos y económicos. Mientras en Economía existen empresas y consumidores, en Ciencia Política convergen partidos y votantes. Mientras en la primera hay mercados de productos, en la segunda hay elecciones y programas. En sendas corrientes se utilizan herramientas de marketing para vender las propuestas y, en ambas hay estrategias similares para conquistar cuotas de mercado. Dicho esto, si leemos: "El arte de la guerra", obra escrita por Sun Bin, – estratega militar chino -, allá por el siglo IV antes de Cristo; nos daremos cuenta que tales disciplinas – la Economía y la Ciencia Política – guardan, al mismo tiempo, paralelismos con las estrategias militares. Al fin y al cabo, la lucha por liderar los mercados es una cuestión de estrategia militar donde entran en juego: las debilidades y fortalezas del enemigo, así como las oportunidades y amenazas del entorno. Solamente, quienes ostentan puntos fuertes y oportunidades son los que sobreviven y gobiernan los mercados, los países.

Para vencer al enemigo o, mejor dicho, para arrancar clientes y votantes a la competencia, las empresas y partidos utilizan todo tipo de tácticas en el campo de batalla. La táctica más utilizada es, sin duda alguna, "la diferenciación del producto". Diferenciar el producto – o el programa – consiste en ofrecer una alternativa más ventajosa para el consumidor, el votante. Una alternativa, cierto, que consiga desnudar los puntos débiles del otro, y convenza al soberano de que tales flaquezas son sus fortalezas. Así las cosas, si Manolo – el frutero de la plaza – vende el kilo de manzanas a tres con veintisiete, y Josefa – la frutera de al lado – las vende, más grandes y mejores, a dos con cincuenta y nueve, probablemente dicha alternativa terminará por "robar" clientes al negocio de Manolo y, por tanto, perderá parte de su cuota de mercado. No olvidemos que en el "arte de la guerra" existen quienes juegan sucio, o dicho en términos coloquiales, "dan gato por liebre" con tal de arañar un puñado de clientes – o votantes – al chiringuito de enfrente. Son, precisamente, estos últimos – los que no son trigo limpio -, quienes corrompen a los honestos e inyectan pensamientos negativos contra todos los que se ganan la vida, bajo las lonas del mercado. Aunque las manzanas de Josefa sean más grandes y mejores; siempre habrá, algún que otro espabilado que venderá "manzanas de segunda" como si fueran “pata negra". Los venderá, claro que sí, mientras hayan clientes que se las compren; sin preguntarse antes: dónde está la mentira, cuando ni en este país - ni en ningún otro lugar del mundo-, nadie regala duros por pesetas.

Entre los políticos que nos representan, existen muchísimos casos de vendedores que ofrecen "manzanas de segunda" como si fueran “pata negra". Políticos, cierto, que prometen "el oro y el moro" en sus programas electorales, pero cuando llegan al poder hacen de la capa un sayo y "dónde dije digo, digo Diego". Son, precisamente, tales Maquiavelos de la Hispania del ahora, los que a base de embustes y promesas incumplidas han conseguido gobernar, como monarcas del medievo, a un pueblo de plebeyos ignorantes. Ignorantes, y no se ofendan, que en su día creyeron a ese "humilde tendero", que les prometió duros por pesetas y hoy, tres años más tarde, se han dado cuenta que les vendió una cesta de manzanas podridas. Ante tales "caraduras" – y perdonen por mi enfado – no es para menos que surjan otros vendedores – como Podemos -, que hagan el agosto a costa del descontento colectivo. Nuevos vendedores, les decía, que a pesar de vender el mismo producto – manzanas de segunda -, la gente se las compran porque piensan que son distintas a las de Manolo o Josefa. Manzanas lavadas y brillantes; bien expuestas en la balda de la esquina, pero envenenadas de pieles para adentro.

En el "arte de la guerra" hay quienes juegan sucio o, dicho en términos coloquiales, dan "gato por liebre"

Así las cosas, el plantón de Iglesias al programa de Barneda; los supuestos pagos en "B" que recibió – Pablo – por el programa de "La Tuerka" y, la suspensión de empleo y sueldo a Ernesto Errejón por la Universidad de Málaga, muestran a los ojos de la critica, que las manzanas de Podemos son las mismas que, año tras año, nos vende "la casta" desde los tiempos de Felipe. Llegados a este punto, la cenicienta del morado ha roto el hechizo antes de lo previsto. Las supuestas corruptelas de Podemos tiran por la borda todos sus logros alcanzados en los sondeos demoscópicos. Logros alcanzados, cierto, mediante una retórica basada en una crítica calculada contra todo aquello que huele a chamusquina en las alcantarillas de La Moncloa: la corrupción, los recortes, las promesas incumplidas, y lo que ellos han considerado que se identifica con "la casta". Ahora que ellos – Podemos - han entrado en los aposentos de la casta, su chiringuito se convierte en uno más de los que venden "manzanas de segunda" como si fueran de primera. Así las cosas, con "la casta de Podemos", es momento de que Sánchez demuestre a los desencantados de su partido que él es algo más que una cara bonita en los prados de la rosa. Es el momento, les decía, para que el líder histórico de la izquierda – Pedro Sánchez - demuestre a sus electores que si llega a La Moncloa no hará lo mismo que hizo su antecesor, Rodríguez Zapatero. Deberá demostrar a sus clientes que sus manzanas son más grandes y mejores que las que venden los puestos de la izquierda. Solamente así, prometiendo a sus electores que no ofertará duros por pesetas; Pedro venderá más manzanas que los otros el día del mercadillo.

Artículos relacionados:
Sobre populismos y realidades


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista