Los niños de mi grupo estaban en una etapa de geometría haciendo un recorrido sobre diferentes figuras, ellos median y creaban casi sin darse cuenta que eran capaces de construir una gran diversidad de cuerpos y formas tridimensionales, aplicables en la vida diaria. Los chicos llevan a cabo un estudio de formas geométricas tomando como punto de partida el hecho de que vivimos rodeados de ellos. Una vez comprendido los conceptos matemáticos que derivan de la construcción de estas formas se sugiere si hay o no máquinas que hacen dibujos. Surge así el espirógrafo casero. Máquinas que ayudan a crear elipses cada una diferente dependiendo del punto focal que lo origina. Cada elipse se achanta más o menos dependiendo del punto focal donde se coloque el lápiz. De la teoría al juego creando con cartón y cartón ondulado un espirógrafo para dibujar elipses. También con la idea de imaginar máquinas un poco más libres o locas, surge una ingeniería mezcla entre pantógrafos, ejes y espirógrafos que nos brinda una máquina de cartón con tres ejes que a mano rotan entre sí.
Leonardo, Durero, Caravaggio o Ingres diseñaron, entre muchos otros, prototipos de máquinas como herramientas que les ayudaron a lograr nuevas formas de representar el mundo. Artefactos para resolver diferentes perspectivas o problemas de las artes visuales.
Con la ayuda de unos rotuladores surgen dibujos de los que a penas sospechas sus figuras, con lo que la exploración esta garantizada. Nos queda pendiente ponerle motor y quizás recuperar el pantógrafo ideados para ampliar imágenes, generalmente usado en arquitectura. Seguiremos investigando.