Lo citamos en nuestra Guía de compras de Nueva York, que puedes descargar gratuitamente, pero queremos dar más detalles acerca de esta tienda porque es sorprendente.
Diseñada por Rem Koolhaas, siguiendo ideas de Muccia Prada y abierta allá por el año 2001, la tienda de Prada en Nueva York es mucho más que un comercio de moda y complementos a precios de escándalo. Es también una mezcla de museo y performance hi-tech que apabulla los sentidos. Localizada al sur de Manhattan, en el Soho, ocupando el espacio que anteriormente era sede del Guggenheim, se convirtió rápidamente en una de las tiendas más famosas, no sólo de la Gran Manzana, sino de todo el mundo.
Fotografía de Ann Althouse (CC).
Si se visita Manhattan, sobre todo si se va de compras, la visita al Epicenter Store de Prada es obligada, aunque más vale dejar a buen recaudo la tarjeta de crédito. Kookhaas ha creado un ambiente muy especial que se aleja de lo que puede verse en cualquier otra tienda. Todo se dispone a varios niveles, donde no hay diferencia entre los escaparates y las áreas de ocio, paseo, descanso o las proyecciones cinematográficas, desfiles de moda y el teatro, todo ello sobre un escenario que puede cambiar de forma. Por cierto, esas celebraciones culturales son gratuitas, por lo que pueden aprovecharse para visitar la tienda y, además, sentir que se está en un teatro.
Por lo demás, cada esquina guarda detalles increíbles que arropan los bolsos, zapatos o la ropa de esta conocida marca de moda. Grandes pantallas de LCD entre los percheros, donde aparecen fragmentos de películas clásicas o de modernos montajes posindustriales, rampas y accesos de maderas nobles, espejos y expositores que sólo se iluminan si los miras, sistemas virtuales para probar la ropa, un ascensor circular y, algo fascinante que es una joya entre tanta tecnología. Los probadores, además de ser muy amplios y estar dotados de un escáner que permite visualizar en pantalla cómo le pueden quedar al cliente diversos modelos entre la ropa elegida, ¡son de cristal! Al entrar en ellos las paredes se vuelven opacas al instante y, si se desea, se pueden volver transparentes con sólo pulsar un botón, con lo que si hay alguien esperando fuera del probador podrá ver cómo te queda el modelo sin tener que salir de ese paraíso transparente. Con razón era una de las tiendas favoritas de las chicas de Sexo en Nueva York.