¿Qué vemos cuando miramos a las personas que nos rodean? ¿Es lo que percibimos todo lo que hay o hay más de lo que parece? Si miramos lo suficiente, ¿descubriremos algo más que se esconde debajo de la superficie? Hay personas que se ríen y sonríen todo el tiempo. Y hay quienes están constantemente enojados. Aún otros parecen ser fuertes o proyectan una imagen de perfección. ¿Aceptamos rutinariamente lo que vemos en las personas como la verdad?
Quizás lo que notamos en las personas no es necesariamente lo que sienten. Hay quienes sonríen y se ríen solo porque no desean que otros vean la tristeza dentro de ellos. Y hay otros que están constantemente enojados quizás para ocultar el miedo que sienten. Algunos proyectan la imagen de la fuerza porque no desean que se vean sus debilidades. Otros parecen ser amigables, pero la verdad es que preferirían estar solos. Y hay personas que luchan por la perfección en todo lo que hacen solo porque no desean que otros vean sus muchos defectos.
El uso de estas máscaras es comprensible porque nuestras experiencias nos han condicionado a que mostrar nuestras debilidades a menudo nos lleve a ser víctimas de discriminación. Además, nos han enseñado repetidamente que la sociedad valora la fuerza.
Por lo tanto, la forma en que nos comportamos frente a los demás es casi siempre un acto. Pero cuanto más pretendemos ser lo que no somos, más angustiante se vuelve. ¿Cuál es la verdadera razón por la que dudamos en revelar nuestro verdadero ser? ¿Es porque tememos el duro juicio de quienes nos rodean? ¿Tenemos miedo al rechazo? ¿Creemos que las personas nos tratarán de manera diferente si descubren quiénes somos realmente y qué sentimos realmente? ¿Y qué pasa si esta aprensión reside solo en nuestra mente?
Necesitamos darnos cuenta de la necesidad de ser fieles a nosotros mismos. Debemos reconocer nuestras limitaciones y admitir que no somos invencibles. ¿No es un hecho que cuanto más honestos somos con nosotros mismos, más auténticos nos mostramos a los demás? Tenemos que admitir que somos propensos a la tristeza y al miedo, porque solo al aceptar nuestras debilidades podemos entender lo que realmente significa ser humanos. Por lo tanto , debemos superar nuestro miedo de cómo los demás nos considerarán y al hacerlo podremos finalmente eliminar las máscaras que usamos.