Revista Opinión

Las matemáticas del buen marxista

Publicado el 23 febrero 2012 por Romanas
Las matemáticas del buen marxista
 Éste es un tema que me obsesiona, la antinomia libertad e igualdad.
Siguiendo a uno de mis muchos maestros, Wittgestein, intentaremos manejar el lenguaje como método de conocimiento hasta donde nos sea posible.
Libertad, según el DRA, es: 1. f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Igualdad: 1. f. Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
El hombre es un ser de necesidades tanto que sólo puede afirmarse de él que es libre cuando tiene resueltas todas sus necesidades.
Pero ¿cómo puede el hombre resolver sus necesidades? Hay necesidades materiales y espirituales.
Necesidades materiales son aquellas que sólo pueden resolverse pagando sus correspondientes precios.
Para pagar cualquier precio hace falta dinero.
 El dinero sólo se consigue mediante los rendimientos del capital o del trabajo.
 El sueldo o salario, rendimiento del trabajo, sólo se consigue mediante la prestación del esfuerzo laboral para lo que son necesarios una capacidad de prestación de trabajo y un empleo.
 La capacidad de trabajo o formación del trabajador se consigue mediante la formación profesional que puede lograrse mediante el estudio de una carrera o el aprendizaje de un oficio.
 En principio, todo el mundo aspira a  cursar los estudios necesarios para obtener la titulación necesaria para ejercer una profesión libre o conseguir una puesto en las Administraciones públicas, o subsidiariamente adquirir los conocimientos técnicos y la práctica suficiente para el ejercicio de un oficio.
 Para conseguir esto el aspirante ha de tener:
1º) salud, 
2º) los medios de subsistencia necesarios y 
3º) posibilidades económicas bien a través de la ayuda que pueda prestarle la familia o los organismos oficiales.
 Y es la prestación de este apoyo al ciudadano el que determina el tipo de economía privada o pública en orden a la formación de los futuros trabajadores. Si el apoyo lo presta la Administración pública, las ayudas se proporcionan en virtud del principio de obtener de cada uno una formación adecuada a su capacidad y nos hallamos en presencia de la IGUALDAD ABSOLUTA de oportunidades de todos los ciudadanos ante la formación profesional futura.
 Si el apoyo al educando se presta por la familia, nos hallamos en presencia de los sistemas privados de capacitación o formación profesional, que dependen de los medios de fortuna de que goce ésta, por lo que se origina ya, al principio de la formación o capacitación profesional, unas diferencias esenciales que además no sólo se transformarán en definitivas sino también en clasistas, de manera que la sociedad tenderá a constituirse mediante castas profesionales absolutamente cerradas o endogámicas de tal modo que los hijos de los jueces serán jueces, los de los abogados del Estado, abogados del Estado, etc.
 Ni que decir tiene, por tanto, que el sistema de formación profesional basado en las posibilidades familiares contraría frontal y esencialmente el principio de igualdad de oportunidades y la exigencia no sólo de igualdad sino de la consiguiente libertad ya que los hijos de los trabajadores manuales no tendrán nunca acceso a las llamadas profesiones liberales, que se conformarán, por una parte, en auténticas castas y, por otra, en auténticos guetos, fraccionando a la sociedad en clases no sólo distintas sino también antagónicas, lo que se ha denominado lucha de clases.
 Lucha de clases que no sólo no desaparecerá sino que tiende a incrementarse ya que los procesos antes descritos son cada vez más exclusivistas y diferenciados, tendiendo a la perpetuación de las condiciones socioeconómicas y profesionales.
 Por lo que concluimos tal como comenzamos: los asesinos de la igualdad trabajan  para matar cualquier atisbo de libertad en las clases trabajadoras, porque ésta es precisamente la manera de perpetuar el actual estado de cosas.



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