El uso de un vehículo para cometer ataques terroristas es un fenómeno muy conocido en Israel, que en los últimos años ha registrado numerosos atropellos intencionados a cargo de terroristas palestinos. Sólo entre octubre y febrero del 2015, los organismos de seguridad israelíes contabilizaron más de 20 ataques de este tipo. Ningún atentado, sin embargo, llegó a la espeluznante cantidad muertos como el de Niza.
Después de que algunos de los atropellos mataran e hirieran a varias personas que estaban esperando el tranvía o el autobús, la policía israelí desplegó efectivos de seguridad e instaló obstáculos físicos en numerosas estaciones. Por ejemplo, se suelen utilizar pequeñas barras -en ocasiones metálicas-, colocadas de tal forma que evitan o dificultan que un coche o camión pueda chocar frontalmente con la parte central de la parada donde suele reunirse la mayor parte de transeúntes.
Cuando hay concentraciones importantes en Israel -manifestaciones y festividades que congregan a decenas de miles de personas- la Policía suele colocar dos grandes autobuses en los dos extremos del lugar para evitar que un vehículo irrumpa con fuerza embistiendo a los ciudadanos. Se trata sólo de una de las medidas de seguridad basadas en la teoría de los círculos con participación de agentes uniformados y de civil.
El atropello es un instrumento sencillo y letal de ataque. No requiere una infraestructura especial ni la ayuda de otras personas, está al alcance de todo aquel que tenga acceso a un vehículo, suele ser muy difícil de evitar (depende de la decisión que tome el atacante en una fracción de segundo en una acción que inicialmente puede parecer un accidente) y es capaz de provocar muchos muertos.
Desde hace años, Hamas alienta a los suyos a cometer también este tipo de ataques en Israel al ser más sencillos que usando armas o explosivos. Acciones que se adecuan al llamado ‘lobo solitario’.
Fuente radio Jai