Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), decidió sacar la artillería pesada para intentar hacer desaparecer el fantasma de la deflación, devaluar el euro e incrementar el ritmo de recuperación económica, superando así las previsiones de los analistas.
Esas medidas son:
- Bajada de tipos de interés oficial (Euríbor) del 0,25% al 0,10%.
- Barra libre a la banca (LTRO) de 400.000 millones € para dar crédito exclusivamente a Pymes sin poder destinarse a dar créditos hipotecarios ni comprar deuda publica de los estados.
- La facilidad de tipos pasa a ser negativa del 0% al -0,10%: los bancos deberán pagar por mantener reservas (dinero ocioso) en el banco central europeo. Actualmente, los bancos españoles tienen 1.959 millones de euros y los europeos 27.735 millones €.
- La compra de 1 billón euros de titulaciones y activos renta fija “transparentes”. Esta medida es la más compleja de llevar a cabo, pero el BCE ya ha iniciado los mandatos para realizar compras de deuda de los estados europeos y deuda privada de máxima calificación.
Antes de hablar de si serán adecuadas o no y su efecto sobre la economía real, me gustaría primero valorar el tiempo que han tardado en llegar. Haciendo un símil médico, si cuando hace dos años que se agravaba la enfermedad de la “crisis” ya se hubieran recetado estos medicamentos (medidas BCE), seguramente podría haberse recuperado el enfermo (economías como España, Portugal, Italia, …), pero cuando el enfermo está moribundo podría ser que darle los medicamentos ya fuera tarde.
Volviendo a lo que nos ocupa, la economía: si en los últimos dos años han caído mas de un 50% del sector industrial y del comercio de España y ahora se empieza a facilitar el crédito… ¿A qué empresa se lo doy? ¿No hubiera sido mejor haberlo facilitado hace dos años y así haber evitado que muchas de estas empresas no se vieran obligadas a cerrar?
Y es que el problema real se traduce en un Banco Central Europeo que tiene cómo principal objetivo controlar la inflación y, por tanto, mientras los precios se mantengan controlados lo que ocurra con el resto de variables como el aumento del paro, el crecimiento económico… no son prioritarios al contrario de lo que ocurre con la Reserva Federal en EEUU.
Antes de terminar este primer artículo sobre las medidas tomadas por el BCE, comentar otra pregunta que me planteo: ¿por qué esta obsesión por controlar la inflación?. Los teóricos dirían que tiene que ver con que una inflación descontrolada provoca que una economía sea menos competitiva y no pueda exportar. Mi opinión es algo diferente… Esta obsesión tiene historia y viene de que un país en Europa ya sufrió una época de inflación descontrolada, llegó a influir mucho en cuáles debían ser la directrices del Banco Central Europeo y que, hoy en día, continua teniendo auténtica fobia a ese fenómeno que es la inflación.
¿Adivinan que país es?… Sí, ese país en el que está pensando es, efectivamente, Alemania.
Espero que les haya gustado el primer capítulo de este artículo y en el siguiente explicaremos cada una de esas medidas de manera sencilla y los efectos que conlleva en la economía real.
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