En verano no hay que esperar a tener sed para beber. La hidratación durante esta época del año se impone como una obligación a cumplir a rajatabla por parte de todos, a cualquier edad y en cualquier lugar. De esta forma, evitaremos los temidos golpes de calor.
«Un adulto necesita del orden de dos litros diarios de líquido», afirma Carmen Gómez, jefa del Servicio de Nutrición del Hospital La Paz (Madrid). Los hombres un poco más: 2,5 litros. Y los niños un poco menos. Con ellos hay que tener especial cuidado, advierte. «Los más pequeños no hablan ni piden líquidos. Por eso hay que ofrecerles que tomen agua antes de que tengan sed». Y las personas mayores también, pues con la edad se pierde la sensación de sed. Cada dos o tres horas deben ingerir algún tipo de líquido.
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Deportistas y personas que trabajan al aire libre son los otros grupos de riesgo que deben vigilar más su hidratación. Para los primeros, Gómez les aconseja no realizar actividades físicas en periodos de máximo calor (de 12 a 17 horas), y tomar bebidas energéticas especialmente diseñadas tras realizar una actividad física. Para los segundos, tener siempre a mano líquido para hidratarse continuamente.
Hay que beber varias veces al día tanto agua como otros líquidos. Pero también hay alimentos que, además de hidratar, aportan minerales y vitaminas, como las verduras y frutas (sobre todo la sandía y el melón). De hecho, el gazpacho es un coctel ideal para el verano. Sirven sopas, caldos, infusiones, leche, zumos y la gran variedad de refrescos que existen. «En caso de exceso de peso o si se ingieren cantidades importantes de refrescos, se debe buscar los que aporten menos calorías», aconseja Gómez.
Fuente : ABC