Las mejores prácticas para rediseñar tu página web
El rediseño de una página web es un proceso que puede mejorar significativamente la experiencia del usuario, aumentar la conversión y refrescar la imagen de tu marca. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no es simplemente un cambio estético; hay una serie de factores clave que deben considerarse para asegurar que el rediseño cumpla con tus objetivos y no afecte negativamente el rendimiento de tu sitio.
En este artículo, te mostraré las mejores prácticas para llevar a cabo un rediseño exitoso de tu página web, desde la identificación de los motivos hasta los indicadores clave de rendimiento (KPIs) que deberías superar.
Identificar el motivo del rediseño
Antes de comenzar cualquier rediseño, es fundamental entender el porqué. Cada proyecto de rediseño debe tener un propósito claro y estar basado en metas específicas. Aquí algunos de los motivos más comunes para rediseñar una página web:
Cambio en la identidad de la marca
Tu empresa puede haber evolucionado, cambiando su enfoque, misión o valores, y esto debe reflejarse en el diseño de tu sitio web. Un rediseño puede ayudar a alinear tu sitio con la nueva identidad visual de tu marca.
Mejora de la conversión
Si tu sitio no está generando suficientes leads, ventas o interacción, un rediseño centrado en mejorar la conversión puede ser la solución. Asegúrate de revisar el rendimiento actual y entender los cuellos de botella en la experiencia del usuario.
Modernización
Las tendencias de diseño cambian rápidamente, y un sitio web que se vea anticuado puede afectar negativamente la percepción de tu negocio. Un rediseño que incorpore elementos modernos como diseño minimalista, tipografía legible y animaciones suaves puede rejuvenecer la experiencia de los usuarios.
Adaptabilidad y rendimiento
Hoy en día, una página web debe ser rápida y responsive, es decir, debe adaptarse bien a dispositivos móviles. Si tu sitio web es lento o no funciona correctamente en teléfonos y tablets, un rediseño es necesario para mejorar la experiencia y el rendimiento.
Rediseño por cambio en los objetivos del negocio
Si tu negocio ha cambiado su enfoque, lanzado nuevos productos o servicios, es crucial que tu sitio web lo refleje. Un rediseño puede ayudarte a mostrar la dirección actual de la empresa y optimizar la presentación de nuevos contenidos.
Definir los KPIs que se necesitan superar
Una vez que tengas claro el motivo del rediseño, es importante definir los KPIs (indicadores clave de rendimiento) que quieres mejorar con el proyecto. Estos KPIs te permitirán medir el éxito del rediseño y asegurarte de que los cambios realmente están generando el impacto deseado. Algunos KPIs comunes a tener en cuenta incluyen:
Tasa de conversión
Ya sea que busques aumentar las ventas, los registros de usuarios o la generación de leads, este KPI es esencial si el objetivo del rediseño es mejorar la interacción de los visitantes con el sitio.
Tiempo en la página y tasa de rebote
Un rediseño efectivo debe mejorar la experiencia del usuario, lo que se reflejará en un mayor tiempo de permanencia en la web y una tasa de rebote más baja (menos usuarios abandonando el sitio sin interactuar).
Velocidad de carga
La velocidad de tu página web afecta tanto al SEO como a la experiencia del usuario. Un rediseño debe reducir el tiempo de carga, mejorando la eficiencia y asegurando que los usuarios no abandonen el sitio por frustración.
Engagement en dispositivos móviles
Si una parte significativa de tu audiencia proviene de dispositivos móviles, asegúrate de mejorar la usabilidad móvil y medir cómo los usuarios interactúan con tu sitio desde estos dispositivos.
Retención de usuarios
Si tu sitio web está enfocado en contenido, como un blog o una tienda online, es importante medir cómo un rediseño afecta la retención de usuarios o la tasa de repetición de visitas.
Enfocarse en la identidad visual y coherencia
Si el motivo del rediseño es actualizar la identidad de marca, es vital mantener la coherencia visual en todos los elementos. Debes elegir una paleta de colores, tipografías y estilos visuales que reflejen la esencia de tu negocio y te ayuden a comunicar tus valores.
Elección de colores
Los colores de tu sitio deben estar alineados con tu identidad de marca y crear una sensación coherente en todo el sitio. Los colores influyen en la percepción del usuario, por lo que debes tener claro el mensaje emocional que quieres transmitir.
Tipografía y legibilidad
Escoge fuentes que sean legibles y modernas. Evita fuentes demasiado pequeñas o difíciles de leer, ya que esto puede frustrar a los usuarios y llevarlos a abandonar tu sitio.
Uso de imágenes y gráficos
Incluir imágenes de alta calidad y gráficos atractivos puede mejorar la experiencia del usuario y hacer que el contenido sea más fácil de digerir. Si es necesario, invierte en fotografía profesional o diseños gráficos personalizados.
Optimización para dispositivos móviles y velocidad
En un mundo donde la mayoría de los usuarios navegan desde sus dispositivos móviles, es indispensable que tu página web esté totalmente optimizada para funcionar perfectamente en todos los dispositivos. Esto no solo implica que el diseño sea adaptable, sino que el rendimiento sea fluido.
Diseño responsive
Tu sitio debe ajustarse automáticamente a cualquier tipo de pantalla, garantizando una experiencia de usuario excelente tanto en móvil como en escritorio.
Velocidad de carga
La velocidad es uno de los factores más importantes tanto para la experiencia del usuario como para el SEO. Herramientas como Google PageSpeed Insights pueden ayudarte a medir la velocidad actual de tu página y sugerir mejoras, como la compresión de imágenes o el uso de un hosting más rápido.
Optimización para conversión
Si tu objetivo principal es aumentar la conversión, necesitas asegurarte de que el diseño está optimizado para guiar a los usuarios hacia el objetivo deseado, ya sea comprar un producto, rellenar un formulario o registrarse en una lista de correo.
Call to Action (CTA)
Los CTAs deben ser claros, visibles y persuasivos. Colócalos en áreas estratégicas y utiliza colores contrastantes para que llamen la atención.
Estructura clara
Evita abrumar a los usuarios con demasiada información o elementos desordenados. Un diseño limpio y una navegación intuitiva ayudarán a que los visitantes encuentren fácilmente lo que buscan.
Pruebas A/B
Después del rediseño, realiza pruebas A/B para optimizar los elementos clave de conversión, como formularios, CTAs y ofertas.
Mantenimiento de la estructura SEO
Uno de los errores más comunes durante un rediseño web es no tener en cuenta el SEO. Para evitar que tu página pierda su posicionamiento en los motores de búsqueda, asegúrate de seguir estas prácticas:
Redirección de URLs
Si cambias la estructura de las URLs durante el rediseño, es crucial implementar redirecciones 301 para evitar errores 404 y asegurarte de que las páginas antiguas apunten a las nuevas.
Optimización de contenidos
No pierdas el trabajo realizado en el contenido que ya está bien posicionado. Si es necesario, optimiza el contenido con nuevas palabras clave o mejora la estructura sin cambiar la esencia.
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