Las mentiras se acaban pagando…

Han de tener cuidado los taurinos con lo que hacen, viven del público no del aficionado, que somos pocos, y al público se le puede engañar un par de veces, pero más no.
Lo que pasó ayer fue básicamente una mentira en su conjunto, salvo excepciones. Lo primero los toros, este es un espectáculo plástico, visual, que entra por los ojos, con lo que la presentación de los toros es un hecho fundamental, la presentación de ayer de los dos primeros toros era impropia de una plaza de primera, de los tres últimos rozando lo permitido y lo del tercero ¡de juzgado de guardia!
El tercer toro fue un novillo impropio para una corrida de toros que la empresa no debió de comprar, el ganadero no debió de embarcar, los matadores no debieron aceptar y fundamentalmente el equipo veterinario debió de rechazar, conclusión: ¡todos cómplices!, ¡todos culpables!
Si la presencia del toro es importante más es lo que trasmita, este es un arte y como todo arte ha de trasmitir emoción. Toros tan descastados como los de ayer al público en general es imposible que puedan trasmitirle ninguna emoción, no dan sensación de peligro por su ausencia total de fiereza, estos toros pegan cornadas y matan como todos, pero no lo trasmiten, la sensación es que se lleva la gente es que torear no es tan difícil y a partir de ese punto todo pierde su valor.
Por último habría que exigir al público, ya que va a los toros, un poco de conocimiento, pero si no lo tiene la presidencia debería de ponerle algo de lógica a las cosas. La faena de ayer de José María "Manzanares" a su primer novillo debió de ser protestada en su conjunto por haberse realizado a una cabra en lugar de a un toro, obviando ese “detallito”, Manzanares pinchó ese toro y después mató de un bajonazo y pese a toro oreja. En el que hizo sexto mató al primer envite, espada en pésima colocación y toro degollado con horrorosa hemorragia… la gente “tan contenta” pidiendo la oreja y premiando una aberración ¡por favor señores seriedad!
Pese a que todo la tarde de ayer tuvo dos cosas buenas, El Juli con el toro que hacía quinto, un toro con complicaciones con el que el torero se entregó y tragó mucho demostrando porqué esta donde está y fundamentalmente la segunda faena de Enrique Ponce a un toro rajado de salida, que en banderillas se vino a terreno de toriles y con el que el torero dio una vez más una lección de lo que es lidiar y entender a un animal, terminó toreándolo en los medios e incluso robándole alguna serie meritoria. Estos también fallaron a espadas y como debe de ser por ello perdieron su premio.