Revista Decoración
En la entrada de hoy os mostraré el paso a paso de como decidí pintar unas mesitas de mimbre para que quedaran más actuales y encajaran en el dormitorio del nuevo piso de Anna.
Hace unos meses me las dio una amiga que en el pasado había tenido una cestería (???) y ahora apilaba en un almacén cantidad de objetos de dicho material: una camarera, una estantería, cabezales, mesitas, cestos.... Que gran aportación a YONOLOTIRARIA! Además todo eso era nuevo, incluso con etiquetas, solo tenía un poco de polvo por el paso de los años.
En cuanto las vio Anna en el sótano de casa se las pidió y yo ilusionado por el encargo (aunque confieso que llevo meses con una cómoda suya y no avanzo...).
Total, que las mesitas eran tal que así:
Una más sencilla.
La otra con un pequeño cajón. Esta tenía un tirador de madera bastante simple, así que lo saqué nada más empezar a lío con ella y enmasillé los 2 agujeritos para poner uno nuevo.
La labor fue fácil: las limpié sin miramientos a golpe de manguera y Fairy (y como soy tan chulo digo la marca que para algo es mi blog!). Las dejé secar un día entero al sol de la terraza para evitar que se hincharan.
Ahora viene la parte divertida. Improvisé bastante, no sé si el resultado será demasiado duradero, pero en un principio resisitía bastante:
Con ayuda del compresor pinté las mesitas utilizando Titanlak. Según me dijo el chico del leroy la laca agarra bastante y el resultado es duradero. Además el acabado es bastante suave. Le dí 2 capas dejando secar unas horas entre ellas. En las superficies donde puede haber más desgaste (la balda superior) le dí una tercera capa a golpe de rodillo para evitar que saltara la pintura con el trote diario.
Como veis el cajón no lo pinté en su interior. Tenía una cosa reservada para él...
Tachán! Sí, lo empapelé. Tenía este papel de regalo de hacía tiempo dando vueltas por casa y sabía que a Anna le gustaba el color lila, de hecho la habitación irá en ese color. Para colocar el papel es cuestión de medir y cortar. Se empieza por los cuatro laterales del cajón dejando un sobrante de uno o dos centímetros que luego irá tapado por el papel que cubrirá el fondo. Lo pegué con mi ya necesario pegamento en esprai. Lo protegí con una mano de cola blanca diluida, aunque aquí rompo una lanza a favor del barniz incoloro, pues queda mucho más protegido y suave al tacto (de los errores se aprende).
Compré unos tiradores en Zara home que me venían como anillo al dedo para el estilo de Anna. Además le dan un punto de color a las mesitas tan blancas. No recuerdo cuanto costaron, he buscado en la web para poneros el enlace pero ya están descatalogados.
Aquí tenéis el detalle del cajón ya acabado y puesto.
Y así es como quedaron las mesitas ya tuneadas y que Anna recibió de regalo por Navidad.