Las métricas tienen mucho que ver con la proactividad. Los datos ayudan a garantizar una prevención más efectiva.
Éstas son dos de las razones que impulsan a las políticas de recursos humanos a abrirse a un nuevo universo de posibilidades: trabajando de la mano de la innovación, aumentando su capacidad de anticipación y transformando los métodos tradicionales de gestión en nuevas formas de trabajo basadas en una toma de decisiones más precisa.
Gestionar el tiempo es la clave de todo el proceso. Sin métricas es imposible cambiar algo y mejorarlo, por eso, el nuevo enfoque basado en datos es la pieza fundamental que actúa como motor del cambio. Ya son muchas las organizaciones que se han dado cuenta de que conocerse mejor les ayuda a superarse:
- Tomando acciones y decisiones que vinculan los datos del negocio con las personas.
- Cambiando las formas de gestionar el área de RR.HH. de las organizaciones desde el trabajo con datos objetivos que apoyan la toma de decisiones.
- Combinando la estadística, la inteligencia artificial y la tecnología para entender y gestionar mejor el desempeño laboral.
No hace mucho tiempo que el mundo de las métricas toma fuerza dentro del Departamento de RR.HH. pero, desde su aparición, los métodos de gestión de personas y retención del talento han evolucionado hacia nuevas posibilidades. Hoy día, por ejemplo, es posible identificar las características de los empleados con mejores niveles de venta no sólo en función de la facturación, sino también del tiempo de permanencia de los clientes.
Esta nueva perspectiva se apoya en herramientas, como WorkMeter, inspiradas en los principios del lean time management y buscan ayudar a las personas a:
- Desarrollar un mejor establecimiento de prioridades.
- Conocer cómo gestionan su tiempo.
- Focalizar sus esfuerzos en las actividades que realmente aportan valor.
Las métricas, el efecto espejo y la gestión del tiempo
¿Qué ves cuando te miras en un espejo? Su reflejo te devuelve una imagen fiel de lo que tiene enfrente. Gracias a él puedes detectar todas las imperfecciones, tus rasgos más característicos y también tus puntos fuertes, esas partes de tu físico con las que más a gusto te sientes.
El efecto espejo aplicado al trabajo es un método muy efectivo para mejorar nuestro foco o concentración en una tarea, pero sus resultados son aún más significativos cuando se trata de optimizar nuestra gestión del tiempo en general. Ver reflejado nuestro comportamiento en números y métricas es la forma más sencilla y efectiva de entender y ser conscientes de cómo invertimos nuestro tiempo. Las consecuencias de esta visibilidad son:
- Detección de las áreas susceptibles de mejora.
- Diseño de un plan de ajuste de la realidad (reflejada en datos) a nuestras expectativas (metas y objetivos).
- Implementación de los cambios y superación personal.
Lo verdaderamente importante del efecto espejo es que, al final, esta dinámica de medición, ajuste e implementación se convierte en un hábito, lo que garantiza la optimización de resultados constante y la mejora continua.
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El efecto espejo ha demostrado sus efectos positivos también en otros ámbitos, distintos del laboral, ejemplo de ellos serían:
- Un corredor que quiere mejorar su velocidad, necesita ver sus métricas en algún tipo de reloj, para saber dónde está y poder mejorar.
- Una persona a dieta necesita pesarse periódicamente, para ver si su dieta funciona y realmente está consiguiendo bajar de peso.
- Un estudiante de bachillerato puede, al ver sus notas cada trimestre, descubrir cuáles son las asignaturas que requerirán mayor dedicación en los próximos meses, si quiere tener buenos resultados en selectividad.
El verdadero potencial de las métricas en la gestión del tiempo
El verdadero potencial se consigue cuando los empleados gestionan sus propios tiempos y productividad utilizando herramientas tecnológicas como WorkMeter. Los cambios comienzan a dar sus frutos cuando son ellos quienes entienden los beneficios de aplicar las métricas en su gestión del tiempo diaria.
Al fin y al cabo, WorkMeter es sólo un medidor que actúa como un termómetro. Aporta todo lo necesario para mejorar pero, como con cualquier herramienta, las soluciones se materializa cuando las personas hacen un auto diagnóstico, identificando las posibles áreas de mejora e impulsando las mejoras.
El valor de herramientas como WorkMeter reside en que, sin tener métricas para comparar:
- No se puede decidir de forma objetiva si hace falta mejorar o no.
- Es imposible cuantificar la mejora.
- Se hace muy complicado decidir en qué áreas se debe concentrar un mayor esfuerzo.
Con las métricas automáticas se consiguen:
- Mejoras sensacionales del nivel de concentración y dedicación a actividades productivas.
- Una gestión del tiempo más efectiva, que parte del trabajo individual bien enfocado a obtener un rendimiento que aporte valor a la empresa.
- La posibilidad real de poner en marcha iniciativas como el horario flexible o el teletrabajo, que ayudan a la conciliación de la vida profesional y personal y mejoran mucho la productividad final de cada empleado.
Al final las métricas, las mediciones, los KPI's son la esencia de la productividad y de la mejora continua, y son los indicadores esenciales que tienen que usarse para la valoración objetiva y la toma de decisiones. Los empleados perciben que su esfuerzo no sólo tiene una recompensa económica sino, mucho más importante, un reconocimiento cuantificable y transparente por su contribución directa en los resultados de negocio. Las empresas que utilizan las métricas disponen de una fuente de información objetiva que les permite gestionar mejor el tiempo de sus equipos.
Creemos firmemente que la medición de datos y la mejora continua no son un proceso más: es cultura de empresa. Un modelo a seguir.
Fuente http://es.workmeter.com/blog/bid/352264/Las-m-tricas-producen-cambios-en-las-personas