Vivimos en una sociedad acostumbrada a las buenas palabras, como son la solidaridad, la igualdad, el bienestar, la ayuda mutua, el compañerismo, etc. Pero en realidad las palabras se las lleva el viento, se van volando, miran hacia atrás por si las siguen, no vaya ser que alguno se de cuenta y comience a llamarlas para que vengan.
Una sociedad se mide por muchos factores, pero existen pequeños detalles que nos hacen ver por donde van los tiros. Le escuché a un político de izquierdas decir: “si es bueno para el que menos tiene, es bueno para el resto” y con esa sencilla frase sentencia la actitud que debe tener un político a la hora de aprobar o elaborar leyes.
Hoy os traigo un primer capítulo de la ayudas que destina el estado a los más desfavorecidos, aquellos que cada día parece un mes, porque se acuestan sin saber que será de mañana, días que parecen tener mil horas cuando el hambre aprieta, cuando la luz, el agua o el teléfono puede que no dure un mes más.
Vamos hablar ahora, resumidamente de la siguiente ayuda (mísera y de vergüenza):
PENSIONES NO CONTRIBUTIVAS DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN ANDALUCÍA
Aunque diga Andalucía vale para el resto del estado si no he entendido mal. Si pinchan en enlace de arriba verán que si imaginamos el peor de los casos, una persona sola, que no tenga pensión, recibe como máximo al año: 4.850€, en 12 meses: 400€.
Hablamos de personas que están jubiladas, personas que necesitan lo mismo que cualquier otra, ¿o es que conforme se hace uno mayor se vuelve máquina y no necesita comer, salir, vestir, etc?
¿Puede una persona mayor vivir dignamente con esta pensión?…Una sociedad que no cuida a sus mayores, una sociedad que no garantice unas condiciones de vida digna a sus ancianos, es una sociedad decadente, predispuesta a cometer atrocidades y por supuesto sin corazón.