Revista Cultura y Ocio

Las mil bocas de nuestra sed

Publicado el 05 julio 2012 por María A. Ayuso @MariaysuMundo
El pasado mes de mayo salía a la venta 'Las mil bocas de nuestra sed', una novela de calidad Suma de Letras y escrita por Guido Conti. El libro no tardó mucho en llegar a mis manos (¡gracias!) y tampoco tardé mucho en devorarlo porque es una lectura muy intensa pero a la vez ligera y además engancha de la primera a la última página. 

Las mil bocas de nuestra sed

'Las mil bocas de nuestra sed' nos traslada a una Italia de posguerra, de 1946, cuando las heridas todavía estaban demasiado recientes y el mundo parecía desconfiar de todo y de todos. Marzia Marchesi es una joven alegre aunque vive ahogada por una madre dominante y un padre egoísta que solo trata de mantener a flote su negocio. Pese a esto, la chica lucha por mantener una relación natural con su madre, que la coge del brazo por primera vez el día del cumpleaños de Emma, una fecha que se quedará marcada en su cabeza para siempre... Esa noche la joven Emma está espléndida. Criada sin madre y con un padre, Marra, que le da a la bebida, la chica se cría con una libertad asombrosa para la época y ella sola es capaz de hacer que el mundo gire a su alrededor. 
Tras el primer acercamiento en la fiesta, Marra invita a Marzia a pasar unos días de vacaciones con ellos. Pese a la negativa de su madre, Marzia consigue el permiso por parte de su padre que también tiene unos negocios con el padre de Emma. Al llegar, nada es como había imaginado. La chica había planeado las vacaciones perfectas con Emma, se había imaginado cosas que nunca se atrevería a contar pero la actitud de su amiga la desconcierta ya que se empieza a comportar como una niña mimada y ni siquiera se despide de ella al marcharse. 
Pasa el tiempo y llega la segunda invitación de Marra. Los negocios con su padre no están cerrados del todo y es necesaria una segunda visita a la que la señora Marchesi se opone. De nuevo Marzia se sale con la suya, necesita saber de Emma y conocer las razones de su extraño comportamiento. Esta segunda veztodo sale a la perfección y las dos amigas sobrepasan un límite inimaginable para sus familias. Mientras ellas se conocen, Marra recibe a Pierre, un chico que fue novio de Emma y que pondrá "patas arriba" la relación de las jóvenes. El secreto que mantenían se rompe de manera inesperada y la separación se hace inminente. Marzia irá a Londres y Emma se quedará en Italia...
Veinte años después Emma visita una exposición en Roma. Se ha formado como crítica de arte y acude a una de sus ineludibles citas. Entre copas de vino tiene una repentina visión, la hija de Marzia está frente a ella, cual fantasma del pasado, reflejando la misma belleza de su madre y devolviendo a Emma de repente a un corto pasado que fue realmente feliz. A partir de este acontecimiento la relación entre las dos mujeres se retoma.A través de las cartas que empiezan a escribirse, la relación se vuelve a retomar y será entonces cuando ellas mismas se enteren (nos enteremos) de lo que realmente pasó y de las causas de su separación. 
A través de 'Las mil bocas de nuestra sed', descubrimos una historia de amor diferente y tabú para la época en la que se narra. Guido Conti nos sitúa en la Italia profunda, en el año 1946, cuando las relaciones de pareja tenían que ser entre un hombre y una mujer, cuando el amor entre personas del mismo sexo se consideraba una aberración y una vergüenza familiar. El autor construye a dos protagonistas que se escapan de los estereotipos de la novela romántica, construye a dos mujeres fuertes pero impedidas de realizar sus sueños y construir su vida, dos mujeres que están asfixiadas por las personas que les rodean y que al final resultan perjudiciales para el trascurso de su vida. 
'Las mil bocas de nuestra sed' se puede considerar una novela de sentimientos o incluso romántica en la que el amor, la distancia y el olvido también son protagonistas de una historia que desde el principio sabemos que se va a complicar para separar a Emma y a Marzia. 
Hay que destacar la elegancia que tiene el autor a la hora de describir las escenas más sensuales, sin caer en lo vulgar o en lo común, más bien describiendo a base de poesía el amor que las chicas se profesan. Me ha gustado también que la novela esté escrita en tercera persona, es algo que siempre da agilidad, al igual que los capítulos cortos y los constantes diálogos que se dan en toda la narración.  Otro rasgo que cabría destacar son las tramas paralelas que se dan en la novela. La  tormentosa relación de Marra con María, persona de servicio y como una madre para Emma, marcará la primera parte del relato para tomar fuerza casi al final, cuando salgan a la luz hechos que más o menos el lector puede atisbar cuando la chica toma protagonismo en algunos de los capítulos. Es un libro que me ha gustado mucho pero que no ha sido redondo por una razón: la omisión. Como lectora me hubiese gustado saber lo qué ocurrió durante los veinte años de distancia. Al final parece que el autor lo quiere arreglar con un par de cartas más largas que Emma y Marzia se escriben pero parece que no es suficiente ya que deja alguna que otra cuestión en el aire, sin terminar de cerrar. 
Pese a este tramo final, 'Las mil bocas de nuestra sed' es una lectura que no está de más leer, que es recomendable. Es una trama de amor pero que quizá no estamos tan acostumbrados a leer. Entre capítulo y capítulo, el autor deja con ganas de saber un poco más de la historia, de las protagonistas, y eso está muy bien. Además, la narración es regular lo que da lugar a que la línea argumental no sea nada complicada y nos podemos situar a la perfección en el tiempo y el espacio que Guido Conti nos está trasladando. 
Como he dicho antes no se trata de una novela redonda porque hay matices que para mí son imprescindibles y no nos podemos desprender de ellos. Pese a este punto discordante, se lleva un notable. 7,5/10. 

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