Revista Opinión
Parafraseando el famoso relato de «Las mil y una noches» hoy voy a intentar describir algunas de las mentiras y mantras que, a mi juicio, se extienden por los círculos políticos, económicos y sociales sin un ápice de consistencia argumental y sostenidos, en ocasiones, por el mero interés de encontrar justificación a una línea de conducta individual o colectiva o simplemente encontrar un culpable que exima al resto de responsabilidad, la archiconocida figura de cabeza de turco.
No pretendo alcanzar la brillantez desplegada en el libro mencionado ni alcanzar las mil y una mentiras, sólo intentaré desgranar algunas de las perlas que hoy en día contaminan nuestro buen juicio. La afirmación de que «una mentira no se convierte en verdad a base de repetirla» es
muy bonita pero lo cierto es que lo único que importa es la apariencia de verdad desde un punto de vista social. Desafortunadamente, la técnica de la repetición funciona y la mente humana, por su naturaleza gregaria, tiende a aceptar aquello admitido por un buen número de sus iguales.
* Los bancos tienen la culpa
Empezaremos con un mantra de nuestros tiempos. Quizás, la mentira mejor contada y más repetida hoy en día, «los bancos son los culpables de la crisis que vivimos actualmente».
Analicemos fríamente los hechos.
(1) Las cajas son entidades públicas gestionadas por políticos. Bueno, políticos y sindicatos.
Los bancos son entidades privadas gestionadas por el sector privado.
(2) Con el dinero destinado a rescatar el sistema financiero en países como España se financió a las cajas. No a la banca privada como muchos nos quieren hacer creer.
(3) Si hubiera responsabilidad por mala praxis, ésta debería atribuirse al Estado, políticos de todo signo e ideología y a sindicatos.
Analicemos las afirmaciones de políticos, periodistas, jueces y/o sociedad civil.
(1) Los bancos tienen la culpa de la crisis.
Los bancos son entidades privadas con ánimo de lucro.
La economía es cíclica donde a periodos de bonanza le siguen períodos de crisis.
Los bancos centrales determinan los tipos de interés. Unos tipos de interés bajos suponen el acceso casi universal a los créditos. Los bancos deben conceder muchos más créditos para mantener los mismos ingresos. Cuando los tipos de interés son mayores se obtienen mayores ingresos con menos créditos.
El sector inmobiliario crecía fruto de la compra especulativa de vivienda que multiplicaba sus precios. Dicha compra, por encima de sus posibilidades y con claras motivaciones de avaricia y enriquecimiento partía de las familias y personas de la calle, mayores de edad y conscientes de lo que hacían, aunque es posible que inconscientes de su inconsciencia con esa toma de decisiones, a veces irresponsables.
Los políticos y sindicatos usaron las cajas de ahorro locales y comarcales como terratenientes con sus tierras haciendo un uso poco responsable de los fondos de los ciudadanos. Usaban las cajas para financiar grandes obras, construcción, concesión de créditos especulativos de vivienda, etc.
Esta gestión con criterios no profesionales condujo a la mayor parte de las cajas a la quiebra. Y, en España, se rescató únicamente a las cajas, es decir, a los Cortijos de los políticos.
Los excesos en una empresa conduce a la quiebra de la empresa. La responsabilidad de la crisis fue del Banco Central Europeo por mantener los tipos bajos durante demasiado tiempo, de los políticos y sindicatos por fomentar la concesión de crédito especulativo y sin valorar adecuadamente el riesgo asociados a la persona a la que se concedía el crédito, de los ciudadanos que pedían créditos que no podían pagar, etc. Y, sólo por comentar, la actividad bancaria es una actividad regulada por los Gobiernos.
(2) Los bancos deben devolver los millones del rescate bancario.
En España se rescató a las cajas de ahorro que tenían unos agujeros en sus balances tremendos. La gestión de los balances se realizó por políticos y sindicatos. Por tanto, son los políticos y sindicatos los que deben devolver el dinero y el Gobierno local, provincial y nacional. Los bancos no fueron rescatados por lo que no deben devolver nada y nada deben.
Pero políticos y otras organizaciones se suman a este falso argumento no vaya a ser que se den cuenta de que los mismos políticos fueron el origen del problema.
(3) … es que el banco me ofrecía un crédito… insistiendo…
Eres mayor de edad o no? A veces, se nos olvida que somos mayores de edad para lo bueno y para lo malo. Pero es más fácil beneficiarse de nuestras decisiones cuando todo nos sale bien y culpar a los demás no asumiendo nuestra responsabilidad cuando nos sale mal. No tenemos responsabilidad de nada.
* Banco Central Europeo: Hay que estimular la economía
Keyness propugnaba el gasto público como el medio para estimular la economía. La idea fundamental era que la inversión pública podía compensar la falta de inversión privada estimulando inicialmente la economía en épocas de crisis.
El problema, a mi parecer, radica en la diferencia entre inversión y gasto. La inversión mal entendida conduce al gasto y el gasto conduce al déficit y al endeudamiento excesivo que, a su vez, conduce a la necesidad de mantener tipos para hacerlo sostenible y a la entrada en un círculo pernicioso.
Gasto: El dinero se destina a asuntos que no redundan en una rentabilidad presente ni futura. Por ejemplo, subir el sueldo del político de turno.
Inversión: El dinero se destina a proyectos que generan un beneficio y rentabilidad para el país. Por ejemplo, inversión en infraestructuras electricas que reduzcan el coste de factura para particulares y empresas, reduciendo así los costes de las empresas y aumentando su competitividad a nivel mundial.
Mantener indefinidamente el gasto público no ayuda a la economía y sólo conduce a más gasto al igual que subvencionar indefinidamente a una empresa no resuelve el problema de rentabilidad de ésta. El efecto de una política así sólo ayuda si es temporal y limitada. Si no resuelve la situación hay que revisarlo todo.
* Hay que mantener los tipos de interés bajos o incluso bajarlos más
Mantener los tipos bajos tiene tres implicaciones…
A) Los gobiernos pueden gastar, digo gastar y no invertir a propósito, sin apenas consecuencias. No fomenta la racionalización del gasto sino todo lo contrario. Si es barato no me preocupo, el germen de la pasada crisis.
B) Todos los proyectos son financiables
La escasez de recursos obliga a priorizar los mejores proyectos. La exuberancia de recursos sólo conduce a mantener malos proyectos o proyectos poco rentables en marcha ya que el coste es bajo.
C) Debilitamiento de tus fuentes de financiación
Los bancos son el modo más eficiente de financiar proyectos empresariales ya que analizan las posibilidades de éxito con objeto de obtener los intereses de los créditos concedidos.
Si los tipos de interés se mantienen bajos no se permite su supervivencia y se pone en riesgo la financiación futura de la economía de un país.
D) Cuanto más bajes los tipos no estimulas más la economía
Si bajas el precio de un producto, llega un momento en que nuevas bajadas no implican mayores ventas o dichas nuevas ventas son despreciables. Sin embargo, nuevas bajadas dañan los márgenes. En un supermercado afectarían a la rentabilidad del supermercado y en el caso de la banca a sus márgenes y rentabilidad.
Los estímulos de este tipo mantenidos en el tiempo no estimulan el crecimiento y no permiten que puedas usarlos como herramientas contraciclicas en la próxima crisis.
Europa no ha sabido resolver la crisis y la unica consecuencia es un mayor gasto y déficit de los Gobiernos y un sistema financiero más débil y con menos capacidad de financiación en un futuro.
* Necesitamos un Gobierno
Las políticas populista impulsadas por los miedos a protestas y al electorado campan a sus anchas por el mundo. Los Gobiernos o los políticos son a las empresas lo que las catástrofes naturales son a las especies.
Los cambios normativos cambian el ecosistema económico al igual que los fenómenos climáticos cambian el ecosistema natural provocando extinciones masivas en caso de que dichos cambios supongan modificaciones drásticas de las condiciones. Las empresas al igual que las especies precisan de una transición lenta y progresiva para poder evolucionar y adaptarse a las alteraciones del entorno.
Recientemente, los partidos de izquierdas en España han comenzado a anunciar subidas masivas de impuestos para recuperar los derechos sociales perdidos durante la crisis, dicen. No sé si viven en otro planeta pero, si los bancos centrales van a seguir con estímulos en Europa y si las empresas están obteniendo beneficios que caen del orden de hasta el 50% no me parece a mí que éste sea el momento más oportuno para subir los impuestos y drenar los recursos y liquidez de las empresas. Personalmente, creo que deberían preocuparse por aumentar ingresos aumentando la base que sostiene las políticas sociales, es decir, las empresas y autónomos. Juegan a construir una castillo de naipes en reduciendo la base, ingresos de empresas que sirve para reinversión, y aumentando la punta de la pirámide. Eso normalmente conduce al colapso de los castillos de naipes.
Si algo funciona, no tocar y, si no funciona, que lo toque alguien que aplique la lógica.