Revista Viajes

Las minas de Almadén

Por Angelrequena

Las minas de Almadén

Tras dos milenios de explotación del cinabrio (sulfuro de mercurio, SHg) las minas de Almadén y su comarca cerraron sus puertas en el año 2002. En el 2012 su candidatura a Patrimonio de la Humanidad es reconocida. La mina esta preparada para el acceso de visitantes que quieran conocer una ciudad cuyo nombre de etimología árabe lo dice todo: la mina.

Las minas de Almadén

El atractivo turístico no puede compensar económicamente la pérdida de la explotación pero ayuda, como también el mantenimiento de la Escuela de Minas fundada por Carlos III.

Durante su historia, los ingenieros mecánicos de las minas eran los matemáticos del rey. En Almadén dejó su huella Agustín de Betancourt, el gran ingeniero español vinculado a la fundación de la Escuela de Caminos y que termina su vida trabajando para el zar de Rusia. La extracción del agua que se filtraba y la mecanización de las minas fue uno de los mayores estímulos para el desarrollo tecnológoco. Bombas de fuego llamaba Betancourt a las maquinas de vapor. Un bonito ascensor movido por mulas forma parte del recorrido.

Las minas de Almadén

La visita al parque minero es guiada por las entrañas del mineral. El amalgamamiento con mercurio fue el sistema que se extendió las explotaciones de plata del Nuevo Mundo. El dios Mercurio fue el que regaló a Filología las doncellas Aritmética y Geometría según cuenta Marciano Capella.

La Plaza de Toros hexagonal y el Hospital de Mineros son inseparables complementos de la vista a la ciudad.

Las minas de Almadén


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