Revista Sociedad
Los ingresos de los pueblos no eran fijos, pues dependían de las cosechas, venta de ganados y, sobre todo, del arrendamiento de los puertos, que suponía la mayor cantidad en los ingresos. En años adversos, a los pueblos no les quedaba otro remedio que solicitar préstamos. Las misas votivas tenían la finalidad de honrar a algún santo protector del pueblo. Serían promesas tradicionales hechas por el común de vecinos. El pago por letanías se refiere a la cantidad que percibía el cura por la bendición de los campos. Las bulas, por su parte, eran limosnas recibidas por la Iglesia a cambio de la concesión de una dispensa de ayuno y abstinencia. Los tributos por genitura eran los diezmos sobre los ganados merinos que pastaban en los puertos. También se refiere a la decisión de los vecinos en Concejo para el reconocimiento y selección de los mejores corderos, privando a otros de engendrar. El canto de regla debe referirse a la contribución que recibía el sacerdote a cambio de rezar los salmos litúrgicos o rezos de las horas. Respecto a los inocentes, hace referencia a la partida presupuestada por el vecindario que iría destinada al mantenimiento de niños recién nacidos y abandonados. No era raro que se dejasen niños a la puerta de la iglesia por motivos exclusivamente económicos.
Publicaciones José Carlos Martínez Mancebo Editorial Aruz, Julio 2010