Allá por el 1965 ocurrió un echo en la ciudad de Sevilla tan hermoso, entrañable e inimaginable como fuere el de las misiones, ¿y se preguntaran que, en que consistían?, pues fue el gesto de que las hermandades llevaran sus titulares hasta el extrarradio de la ciudad, a los barrios mas necesitados de fe y esperanza dándonos ilusiones y motivos por los que seguir adelante, que falta nos hacia en aquellos años. Una prueba de ello es la siguiente imagen...
Impresionante, ¿no creen?, estamos en pleno centro de corazón de Nervión concretamente en el Hospital de San Juan de Dios y frente a sus ventanas tenemos a los titulares de la Hermandad del Gran Poder. Hasta allí fueron en busca de los impedidos y necesitados, aquellos niños que incrédulos miraban por las ventanas viendo ante ellos al mismísimo Señor de Sevilla.
De esta fotografía extraemos ademas dos detalles interesantisimos...
El primero es el Estadio del Ramón Sánchez Pizjuan, aun en su primera fase de construcción, y el segundo es esa hermosa casa regionalista, que por desgracia fue derribada hace unos tres años para construir un horrendo edificio de oficinas, que paradojas de la crisis no ha sido construido aun y por lo tanto nos alumbra en su lugar un hermoso solar...
Increíble como estamos destrozando barrios como el de Nervion o el Porvenir derribando esos edificios del regionalismo Sevillano que dieron carácter y belleza a un extrarradio hoy en día en total desprecio y abandono...
Y como ultima reflexión quiero aprovechar este tema para dejar un pregunta en el aire: ¿no hubiera sido mas digno, caritativo, humano y cristiano haber vuelto a realizar este año de crisis y necesidades unas misiones como las del 65, que la mamarrachada de Vía Crucis que pretendió nuestro estimado Arzobispo?. Sin pasos, sin vayas ni alardes, que las imágenes vayan a los barrios, que el arzobispo se desplace a las parroquias, en fin, esperemos que hayan tomado nota para un futuro los que tenían que tomarla.
Enrique Miran Tovar