Veia por estos días en unas fotos, el imponente desfile militar efectuado por las fuerzas armadas de Rusia, con motivo de celebrarse el setenta aniversario de la culminación de la segunda guerra mundial. Ante este magnificente hecho comencé a meditar sobre los conflictos acaecidos en los últimos 100 años a lo largo y ancho del planeta, incluso las recientes conflagraciones.
Con mi racionamiento procuraba entender el porqué somos una raza tan destructiva, que se dedica a exterminar a sus semejantes y a dañar el frágil ecosistema con las excusas mas baladis. En la mayoría de ocasiones las justificaciones emanaban de la codicia y la ambición que el poder implanta en el racionamiento humano.
La revolución Bolchevique y la primera guerra mundial, nacidas de los conflictos originados en el desequilibrio geopolítico causado por los imperios de esa época, el abuso de poder aunado a la opresión y a la desesperanza de inmensas comunidades, quienes aspiraban a tomar el control de sus destinos.
La segunda guerra gestada por los abusivos acuerdos negociados e impuestos por los vencedores a los sometidos de la primera guerra. Esta segunda conflagración al final inspiró la división de Europa por un telón ideológico, denominado la cortina de hierro, quien a su vez causó la guerra fría. Enfrentamiento que nos llevo casi al holocausto nuclear en octubre de 1962 y que vino a concluir con la desaparición de la URSS en 1989.
y así cuando muchos creíamos que el planeta entraría en un remanso de paz, surgieron las indebidas injerencias de occidente en los países musulmanes de oriente Medio, asunto que convergió en los atentados de New York en septiembre de 2001 y luego en Madrid en Marzo de 2004. Dirigiéndonos con estos hechos a una nueva cruzada cristiana en contra de los creyentes de Mahoma.
En este repaso deje de lado cientos de conflictos regionales o nacionales, como la guerra en la península de Corea a finales de los años cincuentas, la revolución cubana entre 1959 y 1960, la primavera en Praga en 1968, el conflicto interno colombiano gestado en 1962 y aún vigente, el conflicto entre los dos Vietnam entre 1964 a 1973; la guerra de los seis dias entre árabes y israelitas en 1967, la guerra civil de Angola en los setentas, las guerras civiles de centro América en los ochentas, el conflicto en los Balcanes en los noventas, causante de la desmembración de Yugoslavia. Después vivieron todas las aventuras de perseguir a los terroristas de Al-Qaeda y sus aliados en Afganistán y Pakistán.
Luego los conflictos derivados de la mal llamada primavera árabe en Siria, Irak, Libia, Egipto y Yemen. Además de los nuevos enfrentamientos entre Palestinos e Israelíes y ahora mismo el conflicto civil en Ucrania, el cual ha puesto de manifiesto el retorno de la guerra al territorio europeo tras siete décadas en calma y plantea un enfrentamiento subrepticio entre Moscú y la OTAN.
¿Y todo para qué? Sin duda solo sobrevienen razones absurdas las cuales no soportan un juicio histórico profundo o al menos una argumentación razonable y provista de sentido común.
Solo quedan tras estos deplorables sucesos, el recuento de los millones de muertos, las incalculables pérdidas económicas y el desplazamiento forzado de millones de personas
Ahora me pregunto ¿Existirá alguna esperanza para solucionar todos los focos de conflictos? O estamos condenados perpetuamente a exterminarnos con métodos mas audaces y precisos en la medida que la tecnología avanza. Por ello adquiere inmenso valor la frase del papa Francisco quien sentencia cuan valiente se debe ser para buscar la paz y él lo define de esta manera"para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra".