Imagino esto. Un improbable día me ofrecerán trabajar en la televisión, esa caja tonta a la que no pocos egresados de Ciencias de la Comunicación y Periodismo ansían meterse para balbucear las exigencias impuestas por un grupo de empresarios que, eso sí, tienen DirecTv porque son incapaces de consumir los programas infames que financian.
Hablaba de ingresar a la televisión. A la conducción de un noticiero, para ser más exactos. Entonces mi compañero será un hombre común que vestirá terno. Yo, en cambio, veré transformada mi imagen física. Mi cabello negro transitará al rubio platino. Mis piernas se convertirán en un plus para que el rating del noticiero no decaiga. Llevaré escote en cada edición, haga frío o calor. Pensaré que es normal y me convenceré de que mi valía no reside exactamente en lo que he de comunicar.
Imagino todo esto porque hace pocos días, El País publicó una nota titulada “Muñequitas del clima”, firmada por la periodista Elena Reina. Para el texto, entrevistaron a Mauro Morales, responsable de meteorología de Televisa Monterrey, y le consultaron acerca de las mujeres encargadas de brindar la información meteorológica durante los noticieros. Que por qué todas son expuestas como mujer-objeto, que por qué siempre en mini falda, que por qué…
Su respuesta, por espontánea, ha dejado en manifiesto una verdadque faltaba sincerarse:
“Hay que estar conscientes de que es una televisora comercial. Nos debemos a nuestro público y también a nuestros anunciantes. Obviamente, si el patrocinador tiene al frente a una mujer guapa el impacto de su producto va a ser mayor. Y eso significa un gran beneficio para todos”, dijo.
Para todos, dijo. El “todos” al que se refiere Morales representa, evidentemente, a los anunciantes y a las empresas televisivas. En el ‘todos’ de Morales, en el ‘todos’ de Televisa en México, en el ‘todos’ de América Televisión, ATV y Frecuencia Latina en Perú, nunca están las mujeres, porque para ellos no se trata de personas, se trata de mercancías que en mini falda elevarán ventas o, como dicen con descaro, lograrán que el impacto del producto del patrocinador “sea mayor”.
El año pasado ocurrió lo impensable. Tania Reza, presentadora de Televisa, fue acosada sexualmente durante la transmisión en vivo del programa A Toda Máquina. ¿El responsable? Enrique Tovar, su compañero de conducción. Luego del escándalo que desató la viralización del video, donde se observa al sujeto tocándole los senos, Tania dijo que todo fue una farsa, pero finalmente explicó que Televisa la obligó a dar esa versión errónea.
Sobre lo sucedido, Al Jazeera en español recogió las declaraciones de Estefanía Vela, académica de CIDE México, quien asevera que “si tu única posibilidad de aparecer en televisión es vestida de cierta manera, siendo sensual, siendo atractiva para un público, ya de entrada estamos mal con que esa sea tú única, o casi única opción”.
En 1996, la periodista peruana Claudia Cisneros -harta de que su atractivo físico sea exaltado por encima de sus ambiciones y capacidades- se rapó el cabello. Años más tarde, le contó a Diario16 que sí, que claro que fue un acto de rebeldía ante la injusticia de que se valore más su físico que su trabajo.
En Perú, las modelos –reinas de belleza incluidas- han ampliado su espectro laboral. Ya no solo se ocupan de las pasarelas, ahora también conducen noticieros. Desde Jessica Tapia hasta Claudia Hernández, pasando por una nunca brillante María Teresa Braschi, los espacios noticiosos están copados por mujeres de 90-60-90. Alexandra Horler es una de ellas. Uno de sus logros más resaltantes dentro del periodismo es haberse tomado un selfie –que difundió en Twitter- donde aparece sonriente, rubísima, iluminada de alegría. Como leyenda de la instantánea, colocó uno de los temas que el noticiero que conduce abordaría: Hoy en #90Mediodía, bebé falleció tras estar al cuidado de una nana adolescente.
Foto: TROME
Para ella, el Pulitzer.
Karen Herrera es otra periodista contratada por el Grupo RPP por algo más que su olfato periodístico. En una entrevista que le realizó la revista Ellos y Ellas, la presentaron así:
“Karen es la chica de la tele que el público masculino adora. En las redes sociales existen decenas de foros creados por jóvenes peruanos, donde se le corona como la periodista más guapa del país. ‘Sus ojos de gata hipnotizan’, ‘Es una mamacita’, ‘Parece un ángel caído del cielo’, son algunos de los comentarios de sus fans. Y eso no es todo, también existen videos colgados en Youtube, donde se ve a Karen, en una suerte de collage, conduciendo el espacio ‘Conexión RPP’. Todos esos videos fueron hechos por sus admiradores, con la única intención de piropearla”.
“Chica de la tele que el público masculino adora”. Ya lo dijo Morales: “si el patrocinador tiene al frente a una mujer guapa el impacto de su producto va a ser mayor”. Es decir, un producto que vende otro producto.
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Una foto publicada por Yanet Garcia (@iamyanetgarcia) el 18 de Ene de 2016 a la(s) 11:28 PST
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En la nota de El País sobre las “Muñequitas de clima”, Ana Francis, miembro del colectivo feminista llamado Las Reinas Chulas, hace referencia a la normalización de la mujer-objeto dentro de las pantallas. “Claro que las chicas la ven como una aspiración. Toda tu vida te dicen eso, no importa lo que estudies, tu formación. Al final la máxima valoración de una mujer es ser bonita. Es casi imposible salir de ese esquema. Cuando crees que has conseguido el mejor puesto en tu profesión siempre hay un momento en que te hacen ver que ya no eres la dueña del mundo. Te recuerdan que como máximo eres la capataz de la fábrica. Los dueños son ellos”.
Mi imposible incursión televisiva terminaría de esta forma: un día me levantaré furiosa, me aferraré a una cafarena negra y a un pantalón. Trataré de salir así en pantalla. Me despedirían. Listo, finiquito. Será el adiós a un aburrido futuro de tonos de voz premeditados, de ‘dantescos incendios’ y de ‘tragedias que enlutan familias enteras’.
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