Queda tan bien explicado y tan ameno que cuanto menos lo toque mejor. Lo que viene a decir nuestro cronista y Capitán de los Tercios de Flandes Alonso Vázquez es, sencillamente, que el secreto del buen hacer de los flamencos estaba en sus mujeres. Y aquí da la razones para llegar a tal conclusión:
"Las mujeres, aunque beben, jamás se privan de su juicio, y son más sobrias, y dellas pende todo el gobierno de sus casas y familia y sus tratos y contratos. Son tan diestras y pláticas en esto y en escribir, leer y contar por cifra, que pocos hombres se les igualan , ni en el saber las cuatro lenguas necesarias y que se acostumbran en estos países. De su naturaleza son libres y muy blancas, rubias, hermosas y corteses; poco limpias en el comer, pero en el vestir muy aseadas, y tan bien entendidas, que no hay ninguna que no dispute cosas de la fe como si fueran teólogos, porque en su vulgar* tienen muchos libros impresos, particularmente la Biblia, y de muy tierna edad la aprenden y tienen en la memoria."
"Como no hay Inquisición ni quien les vaya á la mano, déjanse llevar del sabroso entretenimiento de la lectura, y con facilidad caen en grandes errores por los muchos escritos que hay heréticos y depravados que de los reinos y provincias circunvecinas se llevan impresos y se admiten sin ningún escrúpulo."