Revista Cultura y Ocio

Las mujeres en la Alemania nazi

Por Liber

Las mujeres eran la piedra angular de la política social nazi. Los nazis se opusieron el movimiento feminista, alegando que era una creación de los intelectuales judíos y, en cambio, abogaron por una sociedad patriarcal en la cual las mujeres alemanas reconocerían que su "mundo es su marido, su familia, sus hijos y su casa". Poco después de la llegada al poder de Adolf Hitler, los grupos feministas fueron desmantelados o incorporados a la Liga Femenina Nacionalsocialista (BDM por sus siglas en alemán o Liga de Muchachas Alemanas, otra de las traducciones corrientes de esta organización femenina nazi).

Esta organización coordinaba a grupos de todo el Tercer Reich para promover la maternidad y las labores domésticas. En ella se ofrecían cursos sobre crianza de los hijos, coser y cocinar. La Liga Femenina Nacionalsocialista publicaba la NS-Frauen-Warte, la única revista para mujeres aprobada por el Partido Nazi. Aunque algunos aspectos de promoción de la propaganda nazi de Goebbels estaban presentes, lo cierto es que se trataba primordialmente de una revista femenina tradicional común.

A las mujeres se les animaba a abandonar la fuerza de trabajo y dedicarse a la creación de familias numerosas con hijos alumbrados por mujeres racialmente adecuadas. Esta era la visión de las diversas campañas de propaganda que se llevaron a cabo en los tiempos del Tercer Reich. Las mujeres recibían reconocimientos varios, como la Deutschen Ehrenzeichen der Mutter ( Cruz de Honor de la Madre Alemana) por dar a luz a cuatro hijos (cobre), a seis hijos (plata) y a ocho o más hijos (oro).

También se concedían becas a las familias numerosas para ayudarlas con sus necesidades, matrículas escolares y gastos domésticos. Aunque medidas como estas condujeron a un aumento en la tasa de natalidad, el número de familias con cuatro hijos o más disminuyó en un 5 % entre 1935 y 1940.

El retiro de las mujeres alemanas de la fuerza de trabajo no tuvo tampoco el efecto deseado de liberar empleos para los hombres. El problema residía en que las mujeres trabajaban, en su mayoría, como empleadas domésticas, modistas o en industrias de alimentos y bebidas, sectores profesionales que no eran lo suficientemente atractivos para los hombres de la época.

La filosofía nazi impedía que un gran número de mujeres fuera contratado para trabajar en las fábricas de municiones de guerra, por lo que hubo que recurrir a trabajadores extranjeros. Después del inicio de la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi recurrió pues a trabajadores esclavos. Pero no bastaba para satisfacer las ingentes demandas de la maquinaria de guerra del Tercer Reich.

En enero de 1943, Adolf Hitler firma un decreto que requiere que todas las mujeres menores de 50 años den parte de sus cualidades laborales para contribuir al esfuerzo bélico. A partir de ese momento, las mujeres sí fueron destinadaos a trabajos industriales y agrícolas: no quedaba más alternativa. En septiembre de 1944, 15 millones de mujeres trabajaban en la producción de municiones.

El régimen nazi desalentaba a las mujeres de la educación superior. El número de mujeres a las que se le permitía matricularse en las universidades se redujo drásticamente, cuando una ley promulgada en abril de 1933 limitó el número de mujeres matriculadas en las universidades a un 10 % del número de los participantes masculinos.

Asimismo, la escolarización femenina en las escuelas secundarias se redujo de 437.100 en 1926 a 205.100 en 1937. Por su parte, el número de mujeres inscritas en las escuelas de enseñanza superior pasó de 128.100 en 1933 a 51.100 en 1938. Sin embargo, con el requisito de alistamiento en la Wehrmacht para los hombres durante la IIGM, las mujeres terminaron representando la mitad del alumnado en el sistema de enseñanza postsecundaria en 1944.

El régimen nacionalsocialista esperaba que las mujeres fueran fuertes, sanas y vitales. La mujer campesina resiliente, que trabaja la tierra y daba a luz una prole sana era estimada como el ideal femenino máximo. La creación del modelo de mujer nazi ideal tenía que serle inculcada a la juventud de la nueva Alemania de los 1000 años. El 25 de marzo de 1939, se convirtió en obligatorio pertenecer a las Juventudes Hitlerianas para todos los niños mayores de 10 años.

Las niñas y jóvenes alemán tenían 2 organizaciones similares: la Jungmädelbund (Liga de Niñas Alemanas) para las niñas de 10 a 14 años y la Bund Deutscher Mädel (Liga de Muchachas Alemanas) para jóvenes de 14 a 18 años. Las actividades de la BDM se centraban en la educación física, con actividades como correr, salto de longitud, caminatas, natación, etc.

El régimen nazi promovió un código de conducta relativamente liberal sobre temas sexuales y no puso muchos reparos a la hora de que las mujeres tuvieran hijos fuera del matrimonio. La promiscuidad aumentaba con el curso de la 2GM, con soldados solteros que a menudo mantenían relaciones con varias mujeres al mismo tiempo. Lo mismo sucedía con las mujeres casadas, que mantenían con frecuencia contactos sexuales con soldados, civiles o trabajadores esclavos.

Lo cierto es que el sexo fue utilizado a veces como una mercancía para obtener, por ejemplo, mejor trabajo. Por ese motivo, se publicaron folletos nazis que ordenaban a las mujeres alemanas eviten sexo con trabajadores extranjeros ya que se veía como un peligro para la "pureza" de la sangre.

Con la aprobación de Adolf Hitler, Heinrich Himmler quería que la nueva sociedad nazi dejara de estigmatizar los hijos ilegítimos, especialmente en lo relativo a hijos bastardos de miembros de las SS, que destacaban en teoría por su pureza racial aria. La esperanza de Himmler era que cada familia con padre de familia SS tuviera entre cuatro y seis niños.

La Asociación Lebensborn ( Fuente de la vida), fundada por Himmler en 1935, creó una serie de casas de maternidad, donde las madres solteras podían ser alojadas y atendidas durante sus embarazos. Los hijos resultantes eran con frecuencia examinados para comprobar su idoneidad racial antes de ser adoptados por familias de las SS.

Las leyes vigentes en la Alemania nazi prohibían aborto, salvo por razones médicas que eran estrictamente controladas por el régimen nazi. Desde comienzos de los años 30 el número de abortos pasó de 35.100 por año a menos de 2000 al final de dicha década. Cabe destacar que en 1935 se aprobó una ley permitiendo el aborto por razones de eugenesia. En definitiva, lo que importaba para los nazis no era el bienestar de las mujeres, sino el bienestar de su "raza" (más información sobre el nacionalsocialismo y la raza aquí).

Pese a que pueda parecer que el rol de la mujer en el Tercer Reich fue de sumisión, hubo figuras femeninas realmente perversas y dominantes durante la Segunda Guerra Mundial, como Ilse Koch, Irma Grese o Maria Mendel.


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