Las mujeres rurales de mi país

Las funcionarias del Estado pasaron al Círculo de la Palabra para comprometerse con la verdad.

Me sentí orgulloso. Como si fuera una de mis luchas, y uno de mis logros, el martes 17 aplaudí el triunfo de unas mujeres sencillas que vestidas de dignidad, coraje y valentía, le reclamaron al Ministerio de Agricultura que fuese serio con el cumplimiento de una promesa: La creación de la Dirección de Mujer Rural dentro de esa cartera.

En representación de 150 organizaciones de mujeres rurales de toda Colombia, un colectivo de liderezas le insistió en un acto público, rodeado de mística, amor y contundencia al Ministerio de Agricultura que agilizara y garantizara la creación de la Dirección de Mujer Rural para contribuir al desarrollo de la política de mujeres rurales. Las mujeres le presentaron una propuesta para lograr un desarrollo rural integral e incluyente.

Una a una, las mujeres descendían lentamente por la escalinata central de ese multiplex del teatro que es la Casa E y de manera histriónica pero digna, iban descargando sobre un círculo blanco en el piso, legumbres, frutas y verduras de nuestro campo, productos que ellas mismas cosecharon con sus manos.

Luego de expresar con una claridad meridiana uno a uno los argumentos para poner en marcha la oficina estatal, Diana Medrano, asesora del Ministerio; Martha Ordóñez, consejera presidencial para la Equidad de las Mujeres; Ángela María Robledo, representante a la Cámara y Catalina Osorio, del Departamento Nacional de Planeación fueron invitadas al centro del círculo. Todas fueron advertidas de que debían honrar ese ‘Círculo de la Palabra’ con la verdad, con honestidad, convicción y compromiso. Una a una fueron pasando y se comprometieron con que el próximo 8 de diciembre la Dirección debería estar en marcha.

El evento –promovido por Oxfam y por las 150 organizaciones– buscaba que el gobierno Nacional a través del Ministerio de Agricultura, recibiera los argumentos expresados por las organizaciones sociales, pero los funcionarios difícilmente podrían haber imaginado la ética de la estética con que se expusieron las ideas.

Y es que el acto no fue solo un saludo a la bandera. La situación de las mujeres rurales de mi país no es para celebrar. A pesar del protagonismo de las mujeres en la producción agrícola del país (El 36,6% de los productores agrícolas son mujeres), la situación para esta población aún no es la mejor. Según datos del recientemente entregado Censo Nacional Agropecuario de 2015, entre 2005 y 2015 se incrementó la proporción de mujeres jefas de hogar, que pasó del 18% al 27,8%, pero sin embargo eso no les ha garantizado el acceso a recursos, a créditos y a bienes para atender sus crecientes responsabilidades.

A esto habría que añadir que en algunas zonas, las mujeres de nuestro campo han sido las mayores víctimas del conflicto armado, tanto por el despojo, como por la violencia simbólica, política o sexual y por la falta de oportunidades para lograr un proyecto de vida, aunque muchas de ellas hayan logrado niveles de educación a veces más altos que los de los hombres.

Con la Dirección de Mujer Rural, todas estas valientes mujeres esperan tener una instancia que lidere, promueva y haga seguimiento y evaluación a la política integral de las mujeres rurales, adoptada tanto en el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural como en los programas, planes y proyectos de las entidades adscritas y vinculadas.

Las organizaciones de mujeres incidieron y lograron que se incluyera en el Plan Nacional de Desarrollo 2015-2018, la aprobación de una Política Integral para las Mujeres Rurales que desarrolle las normativas contenidas en las leyes 731 de 2002 (Ley de Mujer Rural) y 1448 de 2012 (Ley de Víctimas y Restitución de Tierras), para cuya formulación seguimiento y evaluación se requiere de la creación de un mecanismo institucional encargado que ha sido aprobado mediante el literal h) del Artículo 107 del Plan Nacional de Desarrollo (Otorga facultades extraordinarias al Presidente para crear una Dirección de Mujer Rural que se encargará de desarrollar la Política Pública Integral de Mujer Rural hasta por seis meses).

Comunicación digital

Terminado el Foro, tuve el privilegio de compartir algunos conocimientos en temas de comunicación digital y recibir muchos más por parte de ellas en sentir el campo desde los ojos de mujeres que lo viven a diario, no como nosotros como un paisaje bucólico que se visita de vez en cuando, sino desde la yunta, desde el sudor y las angustias de alguien que siembra, es esposa, es madre y le alcanza para liderar luchas.

En el taller que realizamos, compartimos sueños, miedos, ilusiones y esperanzas. Contamos con la ayuda de miembros de la #BrigadaDigital como Joanna Prieto, Mauricio Jaramillo, Andrés Arcos, Melissa Avendaño y Angélica Zambrano que de manera desinteresada fueron generosos en entregar sus saberes y dejaron la piel para que las mujeres rurales se llevaran una muy buena experiencia. Al final todos prometimos ayudarlas para que su tránsito por el camino digital tenga menos incertidumbres. Estoy muy orgulloso de las mujeres rurales de mi país.

Si quieres mostrar tu apoyo en los próximos días te pedimos estar pendientes de la etiqueta #apoYOmujerRural y replicar los contenidos.