Los hombres tradicionales siguen siendo atractivos
Aunque parece claro que la división de las labores del hogar es el principal factor que determina el “guión” que rige la vida sexual de los matrimonios, no está tan clara la forma en que éste se establece. Según Kornich, una de las posibilidades habría sido que los maridos de parejas con una división de roles más tradicionales presionan, o incluso fuerzan, a sus mujeres para practicar sexo con más frecuencia, algo que ha sido desestimado por los investigadores ya que la satisfacción sexual de las mujeres era correlativa a la frecuencia. “Si hubiera habido coacción”, comenta el investigador, “pese a que la frecuencia sexual fuera alta, habríamos encontrado un menor ratio de satisfacción. Pero no lo hemos encontrado”. Por otra parte, parece que otras variables como la felicidad, la religión o la ideología de género no afectan en nada a la relación entre reparto de tareas del hogar y frecuencia sexual.
Una posible explicación, cuenta Kornich, es que “realizar tareas
típicamente masculinas y típicamente femeninas lleva a las personas a
parecer más masculinas y más femeninas, respectivamente, algo que se
asocia con la atracción y la actividad sexual”. Esto, comenta el
investigador, casaría además con el resultado de investigaciones
anteriores que constataron que los adolescentes con los roles de género
más marcados “tienen más sexo, y lo tienen antes, que el resto de
adolescentes”.
