Santiago Ramón y Cajal nos descubrió las neuronas. Ellas ya estaban ahí y hacían su función, pero el científico español, del mismo modo que otros científicos en campos distintos al suyo, las "descubrió" (las destapó y las mostró, las rescató de la ignorancia si se prefiere).
El científico español no olvidaría jamás a Albrech von Kölliker, gracias al cual se le abrieron muchas puertas y se reconoció el mérito y la enorme calidad de su trabajo. Es por ello que en su autobiografía expresa su profunda gratitud hacia el anatomista alemán, con quien le unió una estrecha amistad.
En realidad, en palabras de Cercós-Navarro:
"evidentemente fue a Alemania, el país que siempre consideró Cajal como su segunda patria científica. Fueron los alemanes los que le dieron a conocer por todo el mundo e incluso en España. Se cuenta cómo algunas veces llegaban aMadrid y preguntaban dónde estaba Cajal y con sorpresa constataban que mucha gente no sabía quién era Cajal".