Revista Cultura y Ocio
Las nieves del Kilimanjaro, de Robert Guédiguian, se atreve a intentar explicar qué ha pasado con los viejos sindicatos y sindicalistas de clase, ante unas nuevas generaciones que desconocen la historia de la lucha sindical. Los jóvenes sin empleo y sin futuro consideran a los viejos sindicalistas como unos privilegiados aburguesados. A las puertas del primer aniversario del 15-M, cuando en España los movimientos de jóvenes sin futuro intentan buscar nuevas vías para luchar por conseguir un hueco es esta sociedad que los excluye, las reflexiones que propone esta película francesa son oportunas y lúcidas. Al final, la solidaridad entre las personas se convierte en el mensaje eterno -con apelaciones nostálgicas a Jaurés- que siempre hay que volver a reivindicar. La película rehuye el maniqueísmo y aunque forma parte de una tradición y una cultura políticas bien delimitadas, se atreve a adentrarse en una explicación honesta de las contradicciones y limitaciones del centenario y agonizante movimiento sindical.