Las niñas de Alcácer y otras..

Es la falda gris, de tablas pegada a la rodilla, enganchada por un hilo que queda suelto, en el alambre la blusa; el pecho sin pezones, los restos de cenizas se encuentran en su cuerpo aunque fuera posiblemente otra prenda, la que vestía su cuerpo.

Un paisaje inédito creado por un grupo que investiga, no hay alambradas, solo restos de paredes, hormigón que algún día del pretérito que nos ocupa anterior a estas voces que aún lloran clamando justicia, fueron los paredes, tal vez, de alguna fábrica.

Bajo las raíces que parecen abrazarse restos de ADN se encuentran y bajo el azulejo que antaño fue blanco, el cuerpo de otra menor ocupa un espacio entre la tierra y el cielo, reclamando ya su descanso.

No fue él, dicen las voces, fueron ellos, cabrones de mierda, aquellos que las sodomizaron, una que no eran dos mujeres, sus hijas las que goma dos en sus genitales colocaban.

Una doble capa muy blanca, como si otra piel tejida le acompañaba al cuerpo en similitud de una mujer adulta en un pueblo de Badajoz, como si de una pieza de jamón serrano o carne recién cortada en el matadero fuera.

En un pozo seco tres niñas, era en el pueblo de Pozoblanco, Córdoba, restos troceados que aún hacen mala historia.

Un proveedor era él, proxeneta les llaman; criminales que las acechan en la plaza del pueblo, en las noches de feria, en la salida de las escuelas, ellos portan medallas en su pecho y hombros, son restos de aquellos arcanos que de las dictaduras de algunos lugares del mundo, salieron. Quedan aún por desgracia sus descendientes, son parte de los Cuerpos de Seguridad del Estado algunos, sus maestros también fueron los miembros de la ISS que en tiempos del Dictador Francisco Franco llegaron a nuestro país España.

Tres eran Alcacer que ellos podrían alcanzar la cifra de ocho.

Badajoz , Córdoba y Valencia fueron sus sellos de identidad, en muchos otros quedan por desgracia huella de genes que no debieron ser nunca parte de la humanidad.

Letras María José Luque Fernández.