Hace un par de años empecé a leer Cincuenta sombras de Grey, la novela que me había impedido llegar al Nº1 de Amazon en los mejores tiempos de Nunca fuimos a Kamandú. Sentía curiosidad por saber qué la había convertido en un best seller internacional. Pero la abandoné a las treinta páginas, me parecía infumable.
Visto lo visto pensé que yo podía escribir algo semejante, incluso mejor (perdón por la inmodestia, pero es que el listón no estaba muy alto), y decidí probar. Era un experimento, un divertimento para ver qué pasaba. Y en dos meses escribí Las noches de Bárbara.
Utilicé un seudónimo: Olympia Hay, para sentirme más libre y darle un aire más internacional, y también porque no era un género en el que pensase reincidir y no quería que se relacionase conmigo. Hice bien, porque más que erótica me salió pornográfica, y me moría de vergüenza solo de pensar que pudiera leerla alguien que me conociera.
Pero han pasado dos años, y ya no me acuerdo de las barbaridades que escribí. Además, la literatura es como el teatro: el escritor se mete en su "papel" y no tiene por qué ser identificado con el personaje. Sé que mis lectores son inteligentes y lo entienden perfectamente :)
Olympia Hay
Publiqué Las noches de Bárbara en Amazon el verano de 2013. Y pese a que nadie sabía quien era Olympia Hay ni podía hacer mucha promoción (tiene un perfil en Twiter y por dos veces me bloquearon la cuenta en FB), se vendió muy bien durante varios meses, sobre todo en Amazon.es y en Amazon.com, y desde entonces es mi novela más vendida, aunque nunca ha llegado a las cifras que alcanzó Nunca fuimos a Katmandú.
Dos editoriales se pusieron en contacto conmigo en su momento para publicarla en papel, pero yo no le veía mucho sentido a publicar con seudónimo y no estaba dispuesta a confesar mi autoría. De hecho, la novela está también en papel en Amazon y las editoriales tampoco me ofrecían un adelanto ni nada que me pudiera tentar especialmente.
Yo me moría de ganas de compartir mi "travesura" (y sus consecuencias) con lectores y amigos, pero, claro, no podía...
¿Por qué lo confieso ahora? Pues porque me apetece, porque no me gustan los secretos, porque no deja de ser una obra mía y quiero poder hablar de ella con libertad, y... porque quizás escriba pronto una segunda parte...
Lo cierto es que ha sido divertido y os podría contar mil anécdotas de esta experiencia; incluso tengo apuntes para otra novela, que se basaría en ellas.
¡Pues hala! ¡Ya está dicho! Yo soy Olympia Hay, la misteriosa autora de Las noches de Bárbara, y quien quiera y se atreva, que la lea :)