Todos saben que la quimera de Néstor Kirchner era clonar el esquema político-electoral de Argentina al yanqui o británico, para reducirlo a un centroderecha y un centroizquierda. Las cosas le salieron para el diablo, como lo verifica la enorme dispersión que caracteriza al escenario político. Pero, incluso después de su deceso, los K se dieron la meta de consagrar un enemigo de derecha, para intentar pasar a los K como de izquierda. A falta de cabezas pensantes locales, el propio Néstor importó a un ideólogo argentino con residencia en Londres y apellido vasco-francés, Ernesto Laclau. Como ocurre con las versiones criollas, Laclau buscó inspiración en un especialista en derecho católico-nazi, Carl Schmitt.
El resultado parece sobresaliente. Es que si se confirma la intención de Macri de abandonar la carrera a la presidencia y se la junta con la pobreza de la caravana interna de Duhalde-Rodríguez Saá y el triple paso atrás de los radicales Sanz y Cobos, la centroderecha va camino a la desaparición del escenario electoral. De tanto pegarle, los K la destruyeron. ¿Tendremos entonces una elección que los K siempre rechazaron, entre el FpV y la centroizquierda de la oposición? En ese caso, junto con Scioli, Gioja, Beder Herrera, Urtubey y por supuesto Moyano, el kirchnerismo ocuparía el lugar de la centroderecha. Este cambio promete una generosa crisis para el grupo de los Sabatella, Heller, Filmus -todos emigrados del stalinismo nativo- que deberán acompañar a los Scioli o Boudou contra Binner, Margarita o Lozano. El argentino-inglés-vasco francés que quiso resucitar el muerto de "amigo-enemigo" resultó un aprendiz de brujo. La perturbación intelectual que ha generado esta situación en el oficialismo llevó al consultor Artemio López, un K fanático, a caracterizar al kirchnerismo, en el programa de Santillán, en TN, simultáneamente como "conservador popular" y de "centroizquierda". Las palabras se devalúan más rápido que el dólar. Al sueño de un enemigo de derecha lo podría salvar una decisión de Carrió para aliarse con los ‘groggeados' Sanz y Cobos.
Esta repentina inclinación del escenario electoral hacia la izquierda, recibió otra novedad: también Solanas se baja de las presidenciales, lo cual significa un punto a favor de un frente Aliancista entre la UCR, el socialismo, el GEN y Proyecto Sur o parte de él. También aquí habrá que ver qué hace Carrió. En todo caso, a una franja numerosa se le plantearía la emergencia de tragar otro sapo como el de De la Rúa.
Para el Frente de Izquierda que deberá estrenar sus ropas este jueves 14 de abril, un escenario como el descrito resultaría excelente. Podría penetrar con fuerza en la masa del progresismo nacional. Por eso es un acierto que su declaración inicial denuncie claramente al centroizquierdismo.